El punto de inflexión climático es un umbral que, si se traspasa, lleva a cambios significativos o irreversibles en el sistema. Es utilizado regularmente por los científicos cuando mencionan el derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia o la selva amazónica.
Este nuevo informe propone crear una nueva categoría, denominada "puntos de inflexión de riesgo", que se centra en la interacción entre la naturaleza y los sistemas construidos por los humanos. Por ejemplo: el sistema de suministro de agua y el de alimentos.
"Al dañar la naturaleza y la biodiversidad, al contaminar tanto la Tierra como el espacio, nos dirigimos peligrosamente hacia múltiples puntos de inflexión de riesgo, que podrían destruir los sistemas de los que dependen nuestras vidas", afirmó Zita Sebesvari, autora principal del informe.
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El análisis alerta sobre algunas amenazas ya conocidas, como el calor insoportable, el derretimiento de los glaciares que pone en peligro el suministro de agua o la desaparición de especies animales que desempeñan un papel clave en su ecosistema.
Pero también resalta ciertos riesgos menos citados en las discusiones sobre el clima. Uno de ellos es la acumulación de desechos espaciales, que amenaza con crear colisiones en cadena que podrían dejar la órbita de la Tierra inutilizable para nuestros satélites, muchos de los cuales sirven para advertirnos sobre desastres climáticos.
Otra es la amenaza al sistema de seguros: a medida que los desastres se multiplican, sus precios aumentan y algunas aseguradoras incluso se retiran de ciertas áreas, dejando a la gente más expuesta.
Otro riesgo es el agotamiento de las aguas subterráneas, utilizadas principalmente para la agricultura, para compensar la falta de agua durante, por ejemplo, las sequías. En Arabia Saudita, estos pozos ya están secos, señala el informe, y la India también está cerca del punto de inflexión.
Los autores también proponen un nuevo enfoque para analizar posibles respuestas a estas crisis, clasificándolas en dos categorías: soluciones dirigidas a evitar las causas del problema y aquellas de adaptación ante cambios inevitables.
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Por ejemplo, ante el aumento de las temperaturas, la instalación de aires acondicionados es una solución de adaptación dentro del sistema, mientras que la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero busca transformarlo, apuntando a la causa del problema.
El informe encuentra que la mayoría de las soluciones que se están implementando actualmente se centran en retrasar los problemas en lugar de abordar genuinamente las causas fundamentales.
"Necesitamos comprender la diferencia entre adaptarnos a los puntos de inflexión de riesgo y evitarlos, y entre acciones que retrasan los riesgos inminentes y aquellas que nos llevan hacia la transformación", concluye el informe.