<img src="https://certify.alexametrics.com/atrk.gif?account=fxUuj1aEsk00aa" style="display:none" height="1" width="1" alt="">
Internacional

La historia de la madre más odiada de los Estados Unidos

jueves, 28 mayo 2020 - 05:27
Facebook
Twitter
Whatsapp
Email

Caylee tenía dos años cuando desapareció. Su madre 4 días después participaba de un concurso de belleza.

El esqueleto de la pequeña fue encontrado seis meses después de haber desaparecido y su madre, la bella e inmutable Casey Anthony, de 22 años, fue la acusada.

Finalmente, un tribunal la absolvió por falta de pruebas.

Los detalles que llevaron a su muerte nunca fueron por completo esclarecidos debido al tiempo transcurrido hasta el hallazgo de sus restos.

Sin embargo, todas las pistas indicaron que Casey era la responsable del destino de su pequeña hija.

Aun así, en el juicio a “la madre más odiada de los Estados Unidos” (así bautizaron los medios de comunicación) los jurados votaron su absolución por falta de pruebas. La indignación de la opinión pública fue absoluta.

En el año 2005, con 19 años la joven de ojos azules y pelo castaño, quedó embarazada.

 

Sus padres se enteraron de su estado cuando el embarazo ya llevaba seis meses de gestación. Si bien ellos veían su aspecto un poco dejado y notaban su aumento de peso, eligieron la discreción.

No preguntaron nada. Fue el hermano de Casey, Lee Anthony, quien la confrontó y le arrancó la verdad: Casey confesó que estaba esperando un bebé, pero no quién era el padre. George y Cindy, preocupados por la salud de su hija, no la presionaron y se dedicaron a cuidarla.

Caylee Marie Anthony llegó el 9 de agosto de 2005. Su nacimiento provocó necesidades en la familia: había que criarla y ocuparse de ella. La familia parecía haber encontrado una nueva dinámica. La alegría de tener a una bebé en casa les devolvió un poco de tranquilidad.

El 15 de junio de 2008 Cindy y Casey, madre e hija, acostaron a Caylee. Sería la última noche y la familia nunca más estaría completa.

A la mañana siguiente Cindy salió muy temprano para ir a trabajar. George preparó el desayuno para Casey y Caylee. Luego, madre e hija se fueron. Caylee jamás volvería a ser vista con vida.

Esa misma noche, Casey le envió un mensaje a su madre avisándole que trabajaría hasta muy tarde y que Caylee se quedaría con su niñera.

Los días pasaban y no había novedades sobre ellas. Supuestamente estaban en casa de amigos. Una semana después Casey apareció por su casa sin Caylee. Su padre George aprovechó para confrontarla: le habían desaparecido unos bidones de nafta y creía que había sido ella la que se los había llevado.

Casey se volvió a ir. Pasadas varias semanas ellos ya empezaron a buscarlas muy preocupados. La hallaron en casa de unos amigos, pero Caylee no estaba con ella. Las explicaciones de Casey sobre el paradero de su hija no fueron convincentes.

Cindy asegura que antes había tratado infructuosamente de obtener alguna respuesta del 911 para que enviara a los oficiales de policía porque “sabía que mi nieta, a estas alturas, estaba desaparecida”, explicó.

Afirma que recién le prestaron atención cuando habló del auto y del olor que habían encontrado allí dentro.

Casey de 22 años fue detenida. La joven no dio una versión sino varias, cambió los detalles y sus dichos.

Dijo no haber sabido nada de su hija por mucho tiempo; aseguró que la culpable de la desaparición había sido la niñera con la que la había dejado; agregó que no había acudido a la Policía porque estaba “muy asustada” y no quería dar “ninguna pista” a los secuestradores.

Sus explicaciones no convencieron a los agentes y, en octubre de 2008, la joven fue acusada de asesinato en primer grado. Ella se declaró inocente.

El esqueleto de Caylee fue encontrado el 11 de diciembre de 2008 por un trabajador en un bosque en las afueras de Orlando.

El cadáver de la pequeña estaba relativamente cerca de la residencia familiar, oculto dentro de una sábana blanca dentro de una bolsa de basura. La cara de Caylee estaba cubierta por cinta aislante. Según los investigadores habría sido colocada para evitar que la niña gritara.

El 5 de julio de 2011, después de deliberar durante once horas, el jurado encontró a Casey no culpable del asesinato de su hija, pero sí culpable de cuatro delitos menores como proporcionar información falsa a la policía.

Casey, con 25 años, fue liberada el 17 de julio de 2011.

Más leídas
 
Lo más reciente