La reina Isabel II, la monarca más famosa del mundo, falleció el jueves a los 96 años en su castillo escocés de Balmoral, con su familia a su lado. Su hijo mayor, el príncipe Carlos, se convirtió automáticamente en nuevo monarca.
"La reina murió en paz en Balmoral esta tarde. El rey y la reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y regresarán a Londres mañana", informó el Palacio de Buckingham en un comunicado, conmocionando al Reino Unido y al mundo.
Desde tempranas horas de la mañana, los doctores se mostraron preocupados por su estado de salud y habían recomendado que quedara bajo supervisión médica. Mientras, el Palacio de Buckingham informaba que la monarca pese a todo se encuentra "cómoda" y sigue en el castillo de Balmoral, en Escocia.
La salud de la Reina, que hace tiempo venía experimentado "problemas de movilidad", empeoró desde que el martes recibió en Balmoral a Boris Johnson, quien le presentó su dimisión como primer ministro, y su sucesora, Liz Truss, a quien encomendó la formación de un Gobierno.
Una imagen del acto difundida por el Palacio de Buckingham, en que se veía a la monarca dando la mano a Truss, provocó inquietud porque la mano de la reina aparecía inusualmente amoratada.
Todos sus hijos -el príncipe Carlos de 73 años, heredero del trono, la princesa Ana de 72, el príncipe Andrés de 62, y el príncipe Eduardo de 58- se encuentran en Balmoral, residencia situada 800 km al norte de Londres.
La salud de la monarca fue motivo de creciente preocupación desde que el pasado octubre, cuando se supo que había pasado una noche hospitalizada para someterse a "pruebas" médicas cuya naturaleza nunca se precisó.
Desde entonces redujo muy considerablemente su agenda, sus apariciones en público eran cada vez más escasas y en ellas se la veía a menudo caminando con dificultad ayudada por un bastón.
ESCÁNDALOS FAMILIARES
En los últimos años, Isabel II ha tenido que capear la pandemia -contrayendo un covid que la dejó muy cansada-, la devastadora muerte de su marido Felipe -fallecido en abril de 2021 con casi 100 años- y las diversas crisis de la familia real.
Entre ellas, el "Megxit", el exilio de Enrique y Meghan a Estados Unidos, desde donde acusaron a la realeza de ser insolidaria y racista, cuestiones que la soberana prometió tratar "en privado"
También el escándalo protagonizado por Andrés, considerado su hijo favorito, que tuvo que abandonar la vida pública debido a su amistad con el financiero estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de explotar sexualmente a menores.
En junio, el Reino Unido celebró por todo lo alto el Jubileo de Platino, el 70º aniversario de la llegada al trono de Isabel II, quien cada vez delegaba más funciones oficiales en el príncipe Carlos.
SOLEDAD
En 2021, mientras la serie televisiva “The Crown” estaba a flor de labios retratando la soledad de Isabel en su reinado, la soberana vivía el peor año de su vida.
Una de las tristes consecuencias de vivir una vida longeva es aceptar despedir a mucha gente querida, es lo que sucedió el 9 de abril del 2021 cuando falleció Felipe de Edimburgo, su esposo y fiel consejero durante 80 años.
El pasado 3 de diciembre fallecía a los 101 años, Ann Fortune, duquesa de Grafton y dama suya desde el años 1967 y el 29 de diciembre despedía a Diana Maxwell, su dama de compañía y amiga desde 1987, ella tenía 90 años. Casada en el año 1959 con el Conde de Farham, Maxwell había acompañado a la reina en momentos muy importantes como su visita a Irlanda (la primera desde la independencia del país) en el año 2012, era una de sus mejores amigas.
En la familia real británica, Isabel estaba cada día más sola y con constantes achaques que la llevaron varias veces al hospital.
A principios de noviembre pasado estuvo ausente en la COP26, que se celebraba en Glasgow, Escocia, y no pudo asistir al 'Domingo de Recuerdo' (Remembrance Sunday) en Londres.
Según los comunicados reales fue por un problema de espalda. Por ello, la familia y la corte decidieron que la reina ya no asista sola a ningún acto oficial; pese a ello, Isabel acudía a ciertos eventos.
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