Caso de Joshua Warner, un británico que falleció por cáncer después de que doctores le dijeron que no le sucedía nada
Los galenos que lo atendieron en ese entonces decidieron realizar una tomografía axial computarizada. Al observar los resultados, le aseguraron al joven carpintero que estaba atravesando un cuadro de apendicitis, equivocándose en el diagnóstico.
El deceso del padre de familia que vivía en el sur de Londres ocurrió después de que acudió a un hospital de dicha ciudad en junio tras pasar una noche sintiéndose sumamente enfermo.
Los galenos que lo atendieron en ese entonces decidieron realizar una tomografía axial computarizada. Al observar los resultados, le aseguraron al joven carpintero que estaba atravesando un cuadro de apendicitis, por lo cual se sometió a una cirugía.
Después del procedimiento quirúrgico, realizado en el hospital de Darent Valley, Warner señaló que aún se sentía mal. Los resultados de pruebas médicas posteriores señalaban una anomalía en el cerebro, pero el indicador fue presuntamente calificado como incorrecto por los especialistas y atribuido a un error en la computadora, según reveló su familia.
Pese a que Warner volvió a dicho hospital varias veces por graves decaimientos momentáneos en su salud, era enviado de vuelta a casa tras ser estabilizado, pese a la preocupación de sus allegados por no tener certeza, a su parecer, de lo que afectaba en realidad al padre.
Finalmente, el carpintero colapsó un día en el cuarto de sus abuelos. Tras ser trasladado de inmediato al Hospital Reina Elizabeth, en Woolwich, en el que se sometió a otra tomografía computarizada tras reponerse. A diferencia de la anterior vez, doctores se sentaron con él y le dijeron que un tumor largo se había extendido por el lado derecho de su cabeza y espalda.
El 5 de septiembre le hicieron una biopsia y le diagnosticaron un cáncer cerebral sumamente agresivo, el glioma de la línea media, de grado cuatro, por lo que tenía predisposición a reaparecer tras un tratamiento y a crecer rápidamente.
Dolores de cabeza, náuseas y fatiga lo aquejaron durante sus últimos días en Centro Médico Comunitario de Greenwich, acompañado de su familia, que a pesar de que se aferraban a la esperanza de verlo vivir por once meses más, tuvieron que enfrentar su muerte a mediados de septiembre.
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"Quería compartir su historia porque no quería que a nadie más no le crean. Quería resaltar los síntomas de un tumor cerebral (...) Josh era divertido, le encantaba hacer reír a la gente", contó su madre. Eve Pateman, en declaraciones recogidas por el medio Daily Mail.
"Después de conocer la experiencia del señor Warner en Dartford and Gravesham NHS Trust (Darent Valley), hemos tomado medidas inmediatas para comprender lo sucedido y abordar estas preocupaciones. Estamos comprometidos a brindar atención de alta calidad a todos nuestros pacientes y a aprender de incidentes como como estos", informaron autoridades del ente tras la muerte.
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