Tras 52 años, las autoridades estadounidenses localizaron a uno de los fugitivos más buscados de todo el país. Se trata de Theodore John Conrad, un cajero de banco en Cleveland que al final de su turno robó 215.000 dólares, equivalente a 1,7 millones en la actualidad, los metió en una bolsa de papel y desapareció.
El crimen ocurrió un viernes por la noche en julio de 1969. Se dice que Conrad aprovechó la seguridad mediocre del banco y salió caminando con todo el dinero metido dentro de una bolsa marrón.
Según reporta CNN en Español, el banco no supo que el dinero había desaparecido de la cámara acorazada hasta el lunes, cuando Conrad no se presentó a trabajar. Los empleados del Society National Bank se dieron cuenta de la falta de billetes cuando el ladrón ya había escapado.
El sujeto, que en ese tiempo tenía 20 años, cambió su nombre a Thomas Randele y huyó a Washington DC y Los Ángeles, antes de finalmente asentarse en un suburbio de Boston, a unos 1.000 kilómetros de la escena del crimen.
La búsqueda duró más de cinco décadas e incluso ha sido contada en programas de televisión como America's Most Wanted and Unsolved Mysteries (Los misterios sin resolver más buscados en Estados Unidos).
La policía indicó que el hombre estaba obsesionado con la película The Thomas Crown Affair, protagonizada por Steve Mcqueen en 1969, en la que este comete un robo de dos millones de dólares a un banco de Boston. De hecho, Conrad se jactaba con sus amigos de lo fácil que sería sacar el dinero de la institución.
“Conrad la vio más de una docena de veces durante su preparación para el robo”, reportó BBC Mundo.
Luego del crimen, el prófugo vivió una vida tranquila y sin pretensiones. El periódico The New York Times informó que había pasado los últimos 40 años trabajando como profesional del golf y en un concesionario de autos usados.
Hasta que en mayo pasado fue víctima de un cáncer de pulmón y murió a los 71 años.
El viernes, 12 de noviembre, la agencia federal de seguridad anunció que identificó al hombre tras años de investigaciones. Las autoridades viajaron a Massachusetts, donde confirmaron que llevaba una vida apacible bajo su nombre ficticio.
Como parte de la investigación, se comparó documentos de la década de 1960 con unos documentos que había completado bajo el nombre de Randele, incluyendo una declaración de bancarrota de 2014 en un tribunal federal de Boston, reza el reporte de CNN en Español.
Peter Elliott fue uno de los detectives del caso y comentó que heredó este proceso de su padre, quien había estado obsesionado por descubrir que había ocurrido con el audaz ladrón.
"Espero que mi padre esté descansando un poco más tranquilo hoy sabiendo que su investigación y su Servicio de Alguaciles de Estados Unidos pusieron fin a este misterio de décadas", dijo el mariscal, según cita BBC Mundo.