Contra cocodrilos y serpientes este piloto luchó para volver a ver a su familia
Un día normal de pilotaje para Antonio Sena, se transformó en una pesadilla cuando su aeronave, una avioneta Cesna 2010, sufrió un daño, y se vio forzado a realizar un aterrizaje inmediato en la mitad de la zona que sobrevolaba: la selva amazónica brasileña.
El piloto despegó desde Alenquer, en el estado de Pará, Brasil, y durante el viaje sospechó que algo andaba mal, antes de verse obligado a aterrizar para salvaguardar su vida.
De acuerdo al testimonio del hombre, apenas el avión tocó el suelo, empezó a incendiarse, por lo que tuvo poco tiempo para actuar. Aun así, logró salvar una mochila con implementos que le ayudarían a sobrevivir. Durante una semana se refugió cerca de los restos del avión e intentó buscar ayuda. Incluso pudo observar que los equipos de búsqueda volaban sobre él, sin llegar a notar su presencia.
Sin dejar que las condiciones lo derroten, decidió salir por su cuenta. Caminó más de un mes en la espesa jungla y se enfrentó a la naturaleza salvaje, como cocodrilos y serpientes. El piloto contó que tuvo que recurrir a alimentarse de huevos de aves que encontraba en el camino, y frutos silvestres.
Relató a Meganoticias que el deseo de volver a ver a su familia lo mantuvo fuerte durante la temible experiencia. Así, apenas el pasado viernes 5 se encontró por casualidad con un grupo de recolectoras de castañas.
Estaba salvado. Ellas avisaron de prisa a las autoridades del Grupo Aéreo de Seguridad Pública de Pará, en Brasil, que arribaron al lugar a la mañana siguiente.
De acuerdo al medio G1, cuando el personal médico encontró a Sena, presentaba un cuadro de deshidratación y tenía heridas menores. Pese a ello, mejoró al poco tiempo y fue dado de alta.
“Lo único que me mantuvo fuerte y me permitió salir con vida de esta situación fue el amor que tengo por mi familia, el deseo que tenía de volver a ver a mis padres y a mis hermanos” comentó el piloto a G1.
Según el portal 20 minutos, cuando la familia del piloto recibió la noticia, no lo podía creer. Llegaron a pedir una prueba de que se trataba de él, por lo que solicitaron a los equipos de emergencia que preguntaran al piloto el nombre de su perro.
Cuando escucharon el nombre “Gancho”, supieron que de era real y se apresuraron al hospital para encontrarse con él.
Para Sena, esta es una historia de amor y de fe.
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