Miles de heridos y decenas de muertos, tanto manifestantes como miembros de fuerzas del orden, es lo que han causado hasta ahora las masivas movilizaciones que se dan a lo largo del territorio de Kazajistán, que en un inicio se produjeron por la subida del precio de los combustibles, pero han evolucionado y tienen ahora un nuevo objetivo: generar un cambio de gobierno. ¿Por qué razones Kazajistán llegó hasta este punto?
1. SOLO UN PARTIDO POLÍTICO DESDE SU INDEPENDENCIA
El avance de los rusos en la estepa kazaja aproximadamente en el siglo XVIII, que era conocida como una tierra de nómadas previo a aquella llegada, fue fundamental para que Kazajistán forme parte del Imperio Ruso, unión que se dio a mediados del siglo XIX. Eventos como la Revolución Rusa reorganizaron el territorio. Pasó a convertirse en la República Socialista de Kazajistán en 1936, y tras la caída definitiva de la Unión Soviética, se independizó en 1991.
En 1984, mientras Kazajistán aún era una república soviética, Nursultán Nazarbáyev ascendería al poder como primer ministro. Tras la declaración de independencia, Nazarbáyev, partidario del comunismo, se mantuvo en el poder.
Gobernó durante décadas de manera ininterrumpida. Sus años de gestión estuvieron marcados por el establecimiento de un culto hacía él, la re ubicación de la capital que nombraría como a si mismo, muchas estatuas con su rostro, cambios en el alfabeto y lo que más ira generó en el pueblo kazajo, una oposición política inexistente.
La falta de competencia política no se daba necesariamente porque no había gente dispuesta a hacerle frente en las urnas. A pesar de que el gobierno kazajo ha afirmado que Nazarbáyev ganó todas las elecciones con una gran ventaja, críticos han denunciado durante años que las elecciones eran fraudulentas.
No solo los políticos críticos mantienen esa línea de pensamiento, sino una gran mayoría de la población civil, que comenzó a agitarse tras ver como Nazarbáyev se retiraba de su puesto y Kasim-Yomart Tokaev, presidente actual y aliado suyo, tomaba el control, en unas elecciones en la que observadores internacionales alertaron que no se había respetado la decisión del pueblo.
2. UNA SUBIDA DEL PETRÓLEO DESPERTÓ LA PROTESTA MASIVA
El alza de los precios del gas licuado de petróleo fue lo que instó a cientos (y luego miles) de ciudadanos a salir a protestar. Como el precio de la gasolina subió, todos los precios al consumidor se elevaron ligeramente.
A pesar de que Kazajistán es una nación rica en petróleo, se encuentra en medio de una gran crisis económica por efectos de la pandemia del Covid-19 y una creciente inflación previa, que había iniciado en el 2015 y no paró de subir.
El cambio en el precio del petróleo, que encarecía la vida de sus ciudadanos, fue visto como la gota que rebasó el vaso por parte una población que se sentía engañada por las elecciones presidenciales y quería pasar página con el gobierno de Nazarbáyev, que iba a cumplir 30 años en el poder si se consideraba que este seguía teniendo una gran influencia sobre el presidente Tokaev.
3. GASES LACRIMÓGENOS Y GRANADAS PARALIZANTES
El pasado martes, 4 de enero, ya se podían observar movilizaciones a lo largo del país, las cuales se tornaron excesivamente violentas cuando la fuerza policial utilizó granadas paralizantes y gases lacrimógenos para detener una protesta de miles de personas en Almaty, la antigua capital del país.
Esto desencadenó múltiples enfrentamientos entre protestantes y fuerzas de control, que han ocasionado la muerte de decenas de manifestantes y policías en las calles, al igual que cientos de heridos por ambos bandos.
4. IRA ACUMULADA POR DÉCADAS
El pasado miércoles, como respuesta al incremento dramático de violencia en las protestas, Kazajistán declaró el estado de emergencia y bloqueó el alcance del Internet en grandes secciones territoriales.
El presidente Tokaev despidió a todo su gabinete y restableció los precios del combustible, cediendo a los requerimientos de la población enardecida, pero esto ya no era suficiente.
Los manifestantes, que ya han incendiado oficinas como las del alcalde de Almaty, declaran que están cansados de la gestión de Tokaev y Nazarbáyev, y quieren que se realicen unas nuevas elecciones con una página nueva de candidatos y la vigilancia internacional para garantizar su legalidad.
Las protestas dejaron de tener como enfoque la reducción de precios, sino la destitución de Tokaev y disolución del partido, para que Kazajistán pueda entrar en una nueva era política.
5. DIVERSIDAD EN LOS PUESTOS DE PODER Y NO MÁS PERSECUCIÓN
El hecho de que personas ajenas al régimen no podían ocupar puestos de mando en el gobierno también era algo que causaba frustración en la población, que ahora considera a la protesta generalizada en el país como el momento perfecto para pedir a gritos el cambio. Asimismo, piden que se acabe la persecución a rivales políticos y que exista una tolerancia política, soportada por una verdadera democracia.
6. LA AMENAZA RUSA
El miércoles, el presidente Tokaev confirmó que había pedido ayuda a Rusia, con el objetivo de que los jefes de los estados de la OTSC ( (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva), alianza militar que centra su liderato en Moscú, para que se sumen a la lucha de su gobierno para detener lo que el mandatario considera como un conflicto generado por terroristas.
El gobierno de Putin contestó de manera casi inmediata y afirmó que fuerzas militares se dirigirán a Kazajistán para dar apoyo a Tokaev.
La intromisión de Rusia dentro del conflicto interno es otra de las razones por las cuales los manifestantes kazajos han mantenido su rechazo ante Tokiev y pugnan por conseguir lo que piden. Para la población, esto es una afrenta total a su propia soberanía y frente a la creciente ola de protestas y potencial llegada de las fuerzas militares de la OTSC, las previsiones de lo que pueden suceder incluye enfrentamientos inevitables.
7. NACIÓN RICA PERO CIUDADANOS POBRES
Por último, el simple hecho de que Kazajistán es un país que tiene abundantes reservas de petróleo es una ironía que motiva a los ciudadanos a protestar.
A pesar de que es responsable del 60% del PIB de la región, la administración de Nazarbáyev y la crisis de la pandemia han sumido a la población en díficiles condiciones económicas.
El razonamiento de que la nación es rica pero su gestión ha evitado que sus pobladores tengan una alta calidad de vida alimenta las protestas, que se componen de personas que ya sueñan con la gestión de líderes locales.