Con la llegada de la pandemia provocada por el coronavirus, empezaron a surgir diferentes teorías conspirativas que
podrían inducir a que millones de personas no sigan las normas de salud pública dictadas por organismos internacionales y locales.
Mientras otra tercera parte, piensa que el
Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) exagera las características del virus para desestabilizar a
Donald Trump.
Los investigadores alertan que estas historias continuarán ganando popularidad, de hecho,
existe una creencia de que la historia oficial sobre el origen del coronavirus es mentira y que se propaga para beneficiar a grandes élites.
Incluso, hay quienes dicen que detrás de artistas famosos o políticos están escondidos
reptiles que quieren dominar el mundo, entre muchas más teorías que circulan por internet.
Claudia Torres, psicóloga y docente investigadora, explica que si bien existen factores relacionados a la personalidad, que provocan que una persona sea más susceptible a teorías conspirativas, el
principal factor tiene que ver con el manejo de la información.
“Es un tema de las nuevas narrativas de la comunicación,
la gente no selecciona el contenido de manera adecuada, no verifica”, dice la especialista.
Añade que la
incertidumbre que vivimos por no saber qué ocurrirá con la pandemia generan dudas, que son solventadas a través de redes sociales.
Por ejemplo, durante los primeros meses de la pandemia en Ecuador, circularon en redes sociales supuestos tratamientos contra el Covid-19, como el
uso del dióxido de cloro, que fue desmentido por las autoridades sanitarias y científicas.
La psicóloga explica que las personas con
rasgos de personalidad caracterizados por la desconfianza e inseguridad, son más susceptibles a “caer” con mayor facilidad en este tipo de información.
En cambio, un grupo de
investigación de Atlanta, clasificó en dos grupos a los conspiradores. Primero, las personas
ansiosas por desmentir los sucesos y mostrarle al mundo que están siendo engañados, menos ellos. Y luego, están aquellos individuos
solitarios, indiferentes y que viven en constante miedo.
Ideas contraproducentes
Existen personalidades del espectáculo, como la actriz
Paty Navidad, que también apoyan teorías conspirativas.
La mexicana ha dicho que no cree en la existencia del coronavirus y sobre la vacuna dice que será utilizada para modificar la genética humana.
Por ello, ha recibido críticas y fue
censurada de twitter, al igual que
Donald Trump, a quien por cierto ha apoyado en varias ocasiones.
La psicóloga
Claudia Torres alerta que las ideas que carecen de fundamentos generan
“una idea en masa que puede ser contraproducente", además, “resulta un perjuicio no solo para las personas que están creyendo en esa teoría, sino para la sociedad”.
“La base de todo esto es la
desinformación, debemos
apelar a ser más críticos con las fuentes que consumimos”, reitera Torres.
Las teorías conspirativas han tenido tanta repercusión, en un
tribunal de Perú dictaminó que el coronavirus fue una invención de las
“élites criminales a nivel mundial”, conformadas por multimillonarios como
Bill Gates, George Soros y la familia Rockefeller.