Las fuerzas especiales rusas detuvieron el martes 22 de septiembre al
gurú “Vissarion” de una secta en Siberia. Desde hace 30 años era considerado por sus discípulos como la
reencarnación de Jesucristo.
Vissarion se llama en realidad
Serguei Torop y solía ser policía de tránsito hasta que tuvo “un despertar” poco después de perder su trabajo en 1989, cuando la Unión Soviética se disolvió.
De acuerdo con el diario
The Guardian,
el operativo involucró tropas enmascaradas, policías y agentes del servicio de seguridad federal de Rusia. Torop, de 59 años, fue conducido a un helicóptero donde fue trasladado a un tribunal. Además, también fueron arrestados dos de sus ayudantes. Uno de ellos era su mano derecha, Vadim Redkin, un exbaterista de una banda de niños de la era soviética, y Vladimir Vedernikov.
Según un comité de investigación ruso, está acusado de liderar una organización religiosa ilegal, de extorsionar a sus seguidores a través del culto y de someterlos a abusos emocionales. En caso de ser considerado culpable, podría pasar los próximos 12 años preso.
En 1991, el gurú fundó la
“Iglesia del Último Testamento” y su culto se instaló en una aldea construida en el bosque, por los fieles, en el distrito de Kurgan, en la región siberiana de Krasnoyarsk.
Su culto se basa en ritos extraídos del cristianismo ortodoxo, está prohibido el intercambio mentario, se promueve el veganismo y la austeridad y una conexión con la naturaleza y el medio ambiente. Además, se cuentan los años a partir de 1961, el año de nacimiento de Torop y se reemplaza la Navidad por el 14 de enero, día en que nació el líder.
De acuerdo con
The Moscow Town, hay alrededor de
4000 personas denominadas "vissarionitas" que viven en 20 asentamientos rurales en el sur de Siberia. El grupo más devoto, unas 300 personas, vive en la cima de una colina remota que llaman Morada del Amanecer.
Según
The Daily Mail, Torop tiene dos esposas y seis hijos, y una de sus parejas es una joven de 19 años que había vivido con él desde los siete. A su vez, explican que él dormía en un chalet mientras que
sus seguidores vivían en cabañas de madera en una de las regiones más frías de Rusia, con temperaturas que bajan a -50 grados en invierno.