En un mundo en constante cambio, cada vez se confía más en lo que tiene un impacto positivo en el ambiente. Dentro de esa tendencia, varias empresas tienen muy en cuenta la reducción de desechos y el reciclaje.
Ese es el caso de Tetra Pak. En este año, esta empresa presentó un proyecto piloto que busca la introducción de polímeros reciclados en la composición de los envases de cartón. Eso permitirá el desarrollo de envases más sustentables, que minimicen el uso de materiales fósiles.
A finales de 2020, para el mercado ecuatoriano implementó la tecnología Unicode o PICCO, un sistema de última generación que permite comercializar productos en envases con huella digital. A través de un código QR se accede a más información del alimento o a promociones.
Las materias primas que utiliza Tetra Pak provienen de fuentes forestales que tienen la certificación Forest Stewardship Council (FSC). En Ecuador, la empresa camina hacia la comercialización del 100% de los envases con ese aval. En tanto que las tapas de plástico fueron reemplazadas por materiales provenientes de la caña de azúcar, mientras que los sorbetes son de papel.
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Los esfuerzos de esta empresa se centran en instaurar una economía circular. A través del reciclaje se recuperan los envases para convertirlos en materiales de poli aluminio que se usa para la construcción y decoración. En 2020 se han rescatado 1.850 toneladas de material, lo cual representa una tasa de recuperación del 30%.
Para Cristalería del Ecuador (Cridesa), que forma parte de O-I, ha sido positivo que las marcas de bebidas, entre ellas de agua, gaseosas y de cerveza, retomen su mirada hacia las botellas de vidrio y retornables.
“En línea con las tendencias del consumidor hacia la preferencia de productos más sostenibles, el vidrio se ha visto beneficiado. No en vano, hemos evidenciado un crecimiento en la demanda en las categorías de alimentos, bebidas alcohólicas y no alcohólicas. Proyectamos que esta tendencia positiva se mantendrá en los siguientes años”, señala Romina Peralta, coordinadora de marketing en la Región Andina.
A través de su departamento de marketing e innovación se han desarrollado varios proyectos para sus clientes. En 2020, alrededor del 30% de sus ventas fueron generadas por nuevos productos. Para este año tienen previsto reparar el horno de la planta de Guayaquil, lo que les permitirá fabricar envases más livianos y sostenibles.
Nuevas exigencias
“Así como el impacto para el calzado escolar de cuero fue negativo, la pandemia impulsó el uso de las botas de PVC a todo nivel, los hospitales, las empresas de seguridad industrial, algunas industrias de alimentos”, señala Xavier Cuesta, gerente general de Plasticaucho.
Esta empresa fue buscando alternativas de negocios nuevas que reemplacen a la reducción de las ventas del calzado escolar. Y lo encontró en las botas de PVC para seguridad industrial. Lo hizo a través de proyectos de investigación y desarrollo de productos industriales.
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Para ello, revisó las fórmulas e incorporó materias primas más eco-amigables. Por ejemplo, sustituyó el DOP (uno de los componentes más importantes para fabricar PVC) por DOTP que es una materia prima que no contiene ptalatos (sustancias prohibidas por mercados desarrollados como el de Estados Unidos y Europa).
Además, elaboró productos con mayor carga de PVC reciclado. Para esto, tiene una alianza estratégica con una compañía de logística a la que le compran el producto usado para reciclarlo. De esa forma, aporta al cuidado del ambiente.