Nunca antes un Jefe del Estado ecuatoriano había visitado Israel pese a que Ecuador es uno de los 33 países que, en 1947, dieron su voto a favor en la ONU para la creación del Estado judío. Desde entonces, y salvo un breve período, ambos han disfrutado de unas relaciones amistosas, cordiales y correctas, pero sin un verdadero contenido comercial y económico, objetivo mayor ahora del Mandatario dentro de su estrategia de “Más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador”.
“Israel es el país con el mayor número de startups en el mundo y mayor número de patentes (per cápita)”, argumentó Lasso en agosto al anunciar su intención de visitar ese país de Oriente Medio y buscar su cooperación en el emprendimiento y la innovación.
Para esta gira, que comenzará en Italia y El Vaticano, el Presidente ecuatoriano viajará con su ministro de Exteriores, Juan Carlos Holguín, el de Producción e Inversiones, Julio José Prado, y el secretario técnico de Asociaciones Público-Privadas, Roberto Salas, entre otros.
Pero la verdadera esencia de la misión la constituyen tres delegaciones paralelas de empresarios y emprendedores, dos de laAlianza por el Emprendimiento y la Innovación (AEI) y una tercera de la Cámara de Innovación y Comercio Ecuatoriano-Israelí (CICEI).
Con su apoyo, Guillermo Lasso inaugurará -por ahora de forma simbólica- la nueva “Oficina de Innovación de Ecuador” en Israel, que como la de Colombia tendrá su sede en Jerusalén y buscará “concretar un traspaso ordenado y fluido de información y conocimiento de un país al otro”, según la embajadora ecuatoriana en Israel, Helen Deller.
“El objetivo es impulsar la innovación en Ecuador para diversificar los motores de desarrollo del país, generar desarrollo y, por ende, empleo”, abundó la diplomática al recordar que, más allá de los empresarios, Lasso encabeza un grupo de emprendedores que permanecerán en Israel dos semanas para aprender modelos y técnicas aplicables en Ecuador.
Delegación sin precedentes
Un objetivo que ya había estado en el horizonte de Ecuador hace casi una década, bajo el gobierno de Rafael Correa, quien en 2014 llegó a programar una visita que se vio truncada por la ideologización de su política exterior y el alineamiento con Venezuela, Bolivia, Cuba y Nicaragua, todos ellos de marcada tendencia antiisraelí. Correa debió cancelarla tras retirar a su embajador en Israel a raíz de una operación en Gaza.
Y aunque nunca llegaron a romperse y la cooperación israelí continuó a fuego lento, las relaciones diplomáticas solo mejorarían con Lenín Moreno, cuando las necesidades de seguridad de Ecuador, incluidas las del ciberespacio, abrieron nuevos horizontes.
La pandemia del coronavirus supuso en cierta medida un freno a un mayor reacercamiento, que ahora Lasso ha impulsado dentro de su estrategia de apertura: “No quiero ir ni de turista ni en plan político. Lo que quiero es ir acompañado de al menos 50 jóvenes emprendedores que puedan aprender directamente de esa experiencia en Israel”, dijo entonces.
Dicho y hecho
Ocho meses después, los emprendedores, apadrinados por la AEI, parten este fin de semana hacia Israel para una visita de 14 días en la que visitarán todo tipo de empresas y centros de innovación. Al frente de ellos, una delegación de alto nivel de la AEI de unas 20 personas. Y de forma paralela, otra delegación, también de unas 20 personas, de la CICEI.
“Israel fue identificado por nuestro Gobierno como uno de los países prioritarios en la política de una nueva diplomacia pragmática. Es la primera vez que ambos países tratan realmente de dotar sus relaciones bilaterales de contenido comercial, económico y tecnológico. El número de personas involucrados en esta iniciativa, alrededor de 100, habla por sí mismo”, subrayó Deller.
Para el secretario técnico de Asociaciones Público-Privadas, Roberto Salas, que en su pasado empresarial privado tuvo relaciones con firmas israelíes, se trata de “una gran oportunidad para que los dos países puedan acercarse aún más” y “establecer marcos de discurso y declaraciones, porque las declaraciones generan compromiso público”. Y cree fundamental que se definan “acciones y mecanismos” concretos para “la transferencia técnica y de conocimiento en beneficio de los ecuatorianos”.
Obstáculos, pero mucho potencial
Como ocurre en todo nuevo proyecto, en este reacercamiento histórico, no todo será rosas. Con una balanza comercial bilateral insignificante, los esfuerzos deberán concentrarse en detectar sectores que puedan sobreponerse a la gran distancia entre ambos países (12.300 kilómetros), las diferencias horarias (ocho horas) y la disparidad de intereses entre sus economías.
Ecuador tiene para ofrecer a Israel productos como banano, café, cacao o quinua, materia prima de calidad de la que, lamentablemente, habrá que excluir el camarón por las reglas de “kashrut” (aptitud) que rigen la cocina judía. Pero sobre todo, según Salas, oportunidades de inversión para los diversos proyectos del Gobierno en materia “energética, educativa, salud, tecnologías de la información, agua y seguridad”.
Con un PIB de 402 mil millones de dólares en 2020, unos 43.000 dólares per cápita, el israelí es un inversor de trayectoria internacional, siempre en busca de oportunidades de negocios por todo el mundo. Ecuador nunca ha estado en su punto de mira, sobre todo, por falta de información, pero también por distanciamiento político en momentos en los que la economía israelí pegaba su gran salto: cuadruplicó su PIB entre 1995 y 2020 gracias a una masiva inversión en la alta tecnología.
Un potencial parecido al que tiene el turista israelí para Ecuador: 9,2 millones de salidas al extranjero en 2019. Según la Oficina de Estadísticas de Israel, 4,3 millones salieron ese año al extranjero y, la mitad, al menos dos veces. A Ecuador apenas llegaron unos 3.500 pese a que decenas de miles merodeaban por Sudamérica.
El potencial para ambos está servido. Falta tender los puentes y conexiones para comenzar a explotarlo, y no hay duda que esta visita de Lasso al frente de un centenar de empresarios y emprendedores puede generar el anhelado giro después de 75 años de “relaciones de amistad de baja intensidad”.