Jessica Jaramillo, la abogada que patrocinó el pedido de remoción de Jorge Yunda Machado, de la Alcaldía de Quito, escribió el testimonio de esta experiencia y lo comparte con Vistazo.
“Relatar la historia de este proceso de remoción me llevaría mucho tiempo, pues tendría que contarles de más de diez años de trabajo permanente por la participación ciudadana y el control social. Soy una enamorada de la democracia participativa y bajo esa premisa en 2013 al culminar mi maestría en Derecho realicé un trabajo de investigación sobre la planificación y el presupuesto participativo, y que con el apoyo de la Universidad Andina Simón Bolívar en 2016 se transformó en el libro ‘Presupuesto Participativo y Participación Ciudadana’.
Estudié a profundidad el caso de Porto Alegre (Brasil) en 1989, ciudad que logró establecer asambleas territoriales que priorizaban la obra de los vecinos que más necesitaban y una planificación de largo plazo. Luego, esta misma herramienta fue utilizada en otras ciudades del mundo, así que entendí la valía de esta forma de gobernar junto a la gente y para ella.
Este proceso de remoción no arrancó el 2021, sino mucho antes, pues mi relación con lo municipal es muy anterior. He sido asesora del concejo metropolitano y ahí propuse una resolución de transporte seguro para mujeres en Quito, como consultora trabajé en el proyecto “Ciudades Seguras” junto a ONU Mujeres, y en 2011 aporté en la elaboración de módulos de seguridad ciudadana para la secretaría de gobernabilidad. Y como veedora en 2016 había culminado la veeduría del pago de compensaciones a la administración Rodas.
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Pero como directora de Mercados, cada fin de semana cargando a mi hija en brazos, visitaba cada mercado municipal para hablar directamente con los comerciantes, sin sus dirigentes. Ahí conocí su realidad y el sistema de explotación al que están sometidos por pocos inescrupulosos, que usan a los que menos tienen como carne de cañón de los corruptos.
Esa sensibilidad sobre lo que ocurre en el espacio municipal y descubrir cómo un pequeño grupo de funcionarios maneja discrecionalmente lo público me llevó a presentar una denuncia y con ello dejar el cargo. Quienes me conocen saben que no aguanto irregularidades ni me presto para ellas.
Los últimos cuatro años y desde la fundación que presido hemos trabajado en convivencia democrática y prevención de violencia. Con el apoyo de la cooperación internacional hemos realizado proyectos en varias ciudades del país; el último de ellos fue: “Más democracia en tiempo de emergencia”, se trataba de veedurías ciudadanas durante la pandemia.
Así juntamos a varios expertos para estudiar la situación del distrito metropolitano de Quito, encontrando que es una ciudad sin políticas públicas. Este informe que también fue publicado; es vital para entender el proceso de remoción porque es allí en donde se obtuvo la documentación que anexamos a la denuncia.
Iniciamos el proceso desde el Frente de Profesionales, con poca expectativa y sin mucho ruido, pues siempre he sido cautelosa. Trabajamos varios abogados en la estructura de la denuncia; y necesitábamos cumplir con el requisito de que un ciudadano firmara como denunciante, así que Carolina Moreno aceptó el reto y yo firmé como abogada.
El día de la sesión me temblaban las piernas y la voz, porque era consciente de que miles de quiteños nos escuchaban desde su casa y aunque sabíamos las consecuencias de enfrentar al poder, nunca tuvimos ni miedo, ni precio.
Acompañamos el proceso de remoción hasta el final, en la acción de protección, en la petición del acto urgente sobre el sorteo de la misma y en la denuncia a una jueza que presuntamente nunca constó en el banco de elegibles del Consejo de la Judicatura.
Me he propuesto como meta escribir un libro sobre esto porque hemos sentado un precedente histórico para la ciudad y para el país. Y por esa misma razón es que hemos anunciado que ninguno de nosotros será parte de la administración municipal transitoria pues hay que cuidar lo que hemos logrado.
Hoy mi compromiso es trabajar en la ‘Agenda Ciudadana’ y trazar la hoja de ruta para la ciudad del futuro, para eso realizaremos mesas temáticas y levantaremos las necesidades de los ciudadanos para brindar soluciones a sus problemas. Pues la política solo debe servir para cambiar y mejorar la vida de la gente, si no sirve para eso, de nada vale la política.
Yo seguiré en el mismo lugar de siempre, en mi oficina trabajando por Quito”.