Aferrado al poder, Jorge Yunda Machado fue notificado de su remoción de la Alcaldía de Quito. Analizamos cómo creó su propia crisis.
Pasará a la historia. Y no precisamente por su defensa de la Capital frente a la crisis sanitaria, económica y social, desatadas por la pandemia. Más bien, por aferrarse a la Alcaldía de Quito, incluso después de haber sido notificado de la remoción, por parte del Tribunal Contencioso Electoral (TCE). Jorge Yunda Machado estaba en fase de negación. Santiago Guarderas, el exvicealcalde que lo sucedió en el cargo, anticipó que apenas se cumplieran los tiempos legales, Yunda dejaría el Municipio de Quito.
Su salida es solo el epílogo. “El proceso de remoción no arrancó en 2021, sino mucho antes, pues mi relación con lo municipal es muy anterior. He sido asesora del Concejo Metropolitano”, relata a Vistazo la abogada Jéssica Jaramillo, quien fue la procuradora del recurso de remoción. A inicios de junio, argumentó en una maratónica sesión, con la también abogada Carolina Moreno, las razones por las cuales los 21 concejales debían apoyar la remoción. Catorce se sumaron.
Jéssica Jaramillo fue directora de Mercados. Relata que con su hija en brazos visitaba cada mercado municipal para hablar con los comerciantes. Halló redes de extorsión. “Descubrir cómo un pequeño grupo de funcionarios maneja discrecionalmente lo público, me llevó a presentar una denuncia y con ello dejar el cargo”. A través de mecanismos de veeduría (que también cuestionó la gestión de Rodas) documentó la total ausencia de políticas para Quito. Ese es el origen del pedido formal de remoción.
Antonio Ricaurte, el alcalde más joven que ha tenido Quito y exconcejal, explica que lo de Yunda es el signo de los nuevos tiempos. “La revolución tecnológica genera personas más informadas, interconectadas, autónomas. Las redes hicieron posible que la gente opine, critique, construya y destruya. Las personas empiezan a rechazar a los grupos de poder, a los políticos. Rechazan los símbolos de estatus. Las grandes explosiones sociales, desde la Primavera Árabe, tuvieron como detonantes medidas económicas. Los pueblos eligen a dignatarios con sus errores y virtudes; eligen a ciudadanos que actúan diferente a los políticos tradicionales de traje y corbata”.
Desde esta perspectiva, “la remoción de Yunda es un punto de quiebre y un paso más que demuestra el colapso de las democracias representativas; el fin de las instituciones y el nacimiento de otras formas organizativas. En adelante las autoridades serán funcionarios encargados por un tiempo corto”. Entre mayo de 2019, fecha de su posesión, y julio de 2021, fecha de su remoción, se crearon los seis círculos del infierno de Yunda.
1. EL CONTRATO DE PRUEBAS COVID-19
“Salvaron 50 mil vidas en Quito”, afirmó en su momento Jorge Yunda, al referirse a las pruebas para detectar COVID-19, compradas durante su administración. Al inicio de la crisis sanitaria, en 2020, las bases del proceso contractual contemplaban la compra de 200 mil kits de diagnóstico molecular para frenar el avance de la pandemia. El número cambió. Inexplicablemente, los términos del concurso se modificaron y se adecuaron a la cantidad de pruebas que ofrecía la casa proveedora de insumos, con la que se firmó el contrato, esto es, 100 mil. Yunda es uno de los llamados a juicio, por el presunto delito de peculado, en la adquisición de los tests de origen coreano. La teoría fiscal es que las características de las pruebas que se importaron no correspondieron a las bases del concurso; en suma, que no tuvieron la precisión requerida.
2. EL PODER DE LA FAMILIA
La investigación fiscal por el presunto delito de peculado en la compra de pruebas COVID-19 motivó el allanamiento del domicilio de Jorge Yunda. El 11 de marzo, durante la diligencia, varios teléfonos celulares fueron incautados. Entre ellos, el iPhone azul de su hijo de 28 años, Sebastián Yunda Yunda, bajista de un grupo musical. El contenido de los mensajes de WhatsApp y otras redes reveló que el joven Yunda pudo acceder a información privilegiada sobre contratos municipales. En particular, la adquisición de cámaras de videovigilancia con reconocimiento facial. Los chats revelaron que él mantuvo contacto con un empresario de origen chino, que actuaba como lobbysta de una casa fabricante de equipos. Fotos y capturas de transferencias por parte de ese empresario forman parte de un nuevo proceso fiscal en curso, esta vez, por el delito de delincuencia organizada.
3. LA GRAN BUROCRACIA
A febrero de 2019, según documentos en poder de Vistazo, había 19.250 empleados municipales. Cierto que la diferencia con Guayaquil y Cuenca es sustancial. El Municipio de Quito asume competencias de tránsito, salud, educación y cuidado infantil. También se encarga de la recolección de basura, que en Guayaquil está concesionada. Sin embargo, durante la era Yunda la plantilla de colaboradores subió a aproximadamente 22 mil, como revelamos aquí. Los chats encontrados en el celular del hijo de Yunda, Sebastián, revelan que él y su primo Christian Hernández tenían el poder de enrolar amigos en el Municipio. En la Dirección Municipal de Cultura se ubicaron desde el “mánager” del joven Yunda, hasta su novia.
4. BAJÓ EL PERFIL TÉCNICO
Privilegió el consejo de “influencers” y personas de su confianza, más que de técnicos. Los perfiles de alto nivel prefirieron dar un paso al costado y dejar su administración. Hubo enorme rotación de gerentes y directores de área, lo que impidió dar continuidad a políticas urbanas. En la Empresa de Agua Potable y Alcantarillado hubo seis gerentes en dos años de administración de Yunda. Además, las denuncias por contratos millonarios a empresas privadas, con direccionamiento, son materia de investigación.
5. LA METRO-EXPECTATIVA
“El metro ya llegó”, fue el eslogan de la administración municipal, durante los primeros meses de 2021. La inversión del proyecto supera los 2.000 millones de dólares. Su diseño, negociación y ejecución recorrió varias administraciones municipales: desde Augusto Barrera, que cerró su gestión en 2014 visitando la estación norte por entonces en ejecución; pasando por Mauricio Rodas que dedicó tiempo y recursos a la obra. La gran falla de la era Yunda fue no definir con claridad el modelo de gestión del sistema de transporte. En marzo de este año, se estableció un esquema de gestión propia y la contratación de una asistencia técnica especializada internacional. Sin embargo, una posible revisión de esta propuesta hace pensar que el sistema de transporte no arrancará en febrero de 2022, sino en 2023.
6. AFERRADO AL CARGO
Cuando a inicios de junio, 14 de 21 concejales votaron a favor de la remoción, Yunda estaba en negación. Impugnó a través de todos los medios a su alcance la resolución metropolitana. Paulina Izurieta, la concejala que se principalizó en lugar de Mario Granda (de movimiento Vive), votó a favor de la remoción. El concejal titular, Granda, estuvo enfermo con COVID-19 desde fines de mayo; por lo que no pudo delegar a su suplente ni disponer que lo reemplazara. Granda, dirigente barrial y deportista con larga trayectoria, falleció finalmente a fines de junio. La edil Izurieta denunció que recibió amenazas por haber votado a favor de la remoción de Yunda. En un intento por desvirtuar la decisión del Concejo, Yunda acudió a una acción de protección que le dio, parcialmente, la razón. Esto no le sirvió de nada. El Tribunal Contencioso Electoral (TCE), máxima instancia de dirimencia, confirmó la remoción.