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Esteban Torres, viceministro de Gobierno: “La consulta no va a cambiar de la noche a la mañana una realidad complicada”

El gobierno de Daniel Noboa entra a una segunda fase rumbo a las elecciones de 2025, tras su victoria parcial en la consulta popular, ya que se aprobaron nueve de las once preguntas.

miércoles, 24 abril 2024 - 07:41
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El gobierno de Daniel Noboa entra a una segunda fase rumbo a las elecciones de 2025, tras su victoria parcial en la consulta popular, ya que se aprobaron nueve de las once preguntas.

Los cambios en la legislación para el tema de seguridad se trasladan ahora al campo del Legislativo, donde todavía es incierto cómo se agrupen las mayorías móviles, toda vez que la bancada del correísmo anunció una oposición frontal al gobierno. El socialcristianismo también dijo que hasta aquí llegó la alianza. Y Construye no se sabe cómo se comportará luego de los dimes y diretes con ADN.

$!El Sí ganó en las nueve preguntas sobre seguridad de la Consulta Popular y Referéndum de este 21 de abril de 2024, mientras que el No ganó en la pregunta D sobre el arbitraje internacional, y la pregunta E sobre el trabajo a plazo fijo y por horas.

Sin embargo, el viceministro de Gobierno, Esteban Torres, niega que haya habido alianza o pacto con el correísmo y el Partido Social Cristiano en estos primeros meses. Dice que se mantiene la apertura para dialogar con todas las bancadas sin cerrarle la puerta nadie. Lo que sí asegura es que se vendrán más cambios en el Gabinete.

De momento, se designó al director del Centro de Inteligencia Estratégica, Michelle Sensi Conguti, como nuevo ministro de Gobierno, mientras la ministra Mónica Palencia asumió el Ministerio de Interior. También la cartera Educación estrena nueva titular: Alegría Crespo. Se espera que hasta la otra semana se hagan otros cambios para “refrescar” el Gabinete.

En esta entrevista, Torres explica que, además de los cambios ministeriales, el Gobierno apuesta por un segundo tiempo en el que haya inversión pública para nuevas obras, una vez que se alcance el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que traería unos miles de millones de dólares.

Entrevista con Esteban Torres

El gobierno perdió en dos de las once, pero ustedes lo ven con una victoria abrumadora.

Cómo no va a ser una victoria, las preguntas ganaron con un 70 por ciento. Y quienes hoy dicen que fue una derrota propusieron el once veces No. Nos da pena que no se haya aprobado las dos preguntas del arbitraje internacional y el trabajo por horas, pero ganaron las de seguridad y lucha contra la impunidad.

¿Cuál es la ruta en la Asamblea para este segundo período?

La misma que se ha tenido hasta ahora: apertura de diálogo con todos los que quieran ceder alguna posición en pro del país. La aprobación de las cinco leyes que el gobierno mandó (a la Asamblea) no tuvieron una votación similar, unas bancadas apoyaron, otras no. No había pacto ni nada de eso. Esperamos que se mantenga esa tónica, sabiendo que el escenario es un poco más complejo ahora. No vamos a cerrar la puerta a nadie.

Cuando se habla de no cerrar la puerta a nadie, ¿Cómo entender las acusaciones que se han lanzado entre ADN y Construye en comunicados lacerantes, e incluso se lanzaron acusaciones los asambleístas Jonathan Parra y Ana Galarza?

El gobierno jamás ha atacado gratuitamente ni directamente a nadie. Lo que ha hecho es responder a ataques e insultos que no vamos a dejar que se queden sin respuesta. El comunicado partió de otro comunicado que hubo de Construye. Y así se ha dado con la Revolución Ciudadana y otros grupos políticos. ¿Eso significa que no se vuelve a dialogar? En absoluto. La política entre personas maduras significa que, a pesar de las críticas que puedan existir, uno jamás cierra la puerta. ¿Qué es lo que sí cierra la puerta del diálogo? Un ataque personal, una calumnia. No tenemos un interés en la Asamblea de pasar proyectos. Eso se culminó con la última ley, ahora están las reformas que se aprobaron en consulta, en donde no es realmente el gobierno el principal responsable, pero sí es el garante de que esa aprobación del pueblo ecuatoriano se lleve a cabo.

¿Cuándo podremos ver los resultados del Sí a las preguntas relacionadas a la seguridad? Porque en los días previos a la consulta tuvimos la noticia de dos alcaldes y un director de la cárcel asesinados, y al día siguiente de la consulta aparecieron dos cuerpos desmembrados en Quito. Vemos que se ha vuelto a incrementar los crímenes en las últimas semanas.

También amanecimos con la captura de Colón Pico (el día posterior a la consulta popular). Así como hay malas noticias, también hay buenas. La consulta, evidentemente, no va a cambiar de la noche a la mañana una realidad complicada. Será paulatino. Pero, por ejemplo, la pregunta de las FFAA y la Policía implica que ya no tengamos que tener estados de excepción para que la presencia militar se mantenga. Los resultados se verán en el tiempo. La lucha contra la delincuencia es cambiante. Hay semanas en las que el promedio de muertes baja y hay semanas en las que se incrementa. Y eso depende mucho de la acción gubernamental. Por ejemplo, si comparamos lo que pasaba antes en Quevedo, Daule, Nueva Prosperina, hay un cambio. Pero otros sectores se van contaminando porque el crimen se va moviendo. Por ejemplo, la situación del sector de Playas es complicada. Cuando cae una cabeza (un líder de una banda), hay cinco que empiezan a disputarse el negocio.

En lo político, ¿se vienen nuevos movimientos en el Gabinete?

Ya está el cambio del ministro de Gobierno (también se designó nueva ministra de Educación a Alegría Crespo). Entiendo que habrán otros cambios, pensando no que el equipo ha fallado, sino pensando en una reconfiguración para un panorama más complicado post consulta que implica refrescar cuadros y cambiar de estrategias en muchos lados.

¿Por qué es un escenario más complicado luego de la consulta?

Porque pasando la consulta, los grupos políticos, especialmente los representados en la Asamblea, se preparan para el año electoral. Eso puede significar un mayor choque que tendrá el Gobierno que saber llevar. Y también una mayor reorganización del Estado porque en estos primeros meses ha sido un poco complicado. Hemos visto la primera crisis derivada del tema energético por mandos medios y por complicaciones que podrían darse en otros sectores, esperemos que no se den. Pero eso le ha tomado tiempo al Gobierno. Tenemos que tomar verdadero control de la estructura estatal para la suscripción del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que va a significar recursos frescos y, por ende, mayor gestión de obra, que se ha complicado en estos primeros meses por la falta de recursos.

¿Qué implicará este acuerdo con el FMI?

A breves rasgos es un acuerdo con el Fondo y los multilaterales para que haya un desembolso de recursos a la economía ecuatoriana (Vistazo conoció que podrían ser hasta 3.000 millones de dólares). Todavía se está negociando, pero hay buenas perspectivas. El riesgo país sigue bajando. Con este acuerdo, se puede sanear la cadena impaga por las deudas que dejó de gobierno anterior, y más inversión en obra pública y gestión social. En estos momentos se está haciendo lo posible con pocos recursos; ayudó la reforma tributaria con el tema del IVA, pero para sanear las deudas nos falta muchísimo.

¿Es decir, que ahora sí habrá obra pública?

Esa es la expectativa, que en este segundo momento haya mucha más obra pública y obra social, porque lo que hay se va en (gastos de) seguridad y jubilaciones. Además, con la lucha del Gobierno en contra de la inseguridad, las encuestas dicen que la expectativa ciudadana comenzó a decrecer en el tema de seguridad y empezó a crecer en el tema de economía. Entonces tenemos que cumplir con esa expectativa y por eso fueron las leyes económicas.

Habla de la dificultad de “limpiar” la estructura estatal ¿Qué tan difícil es eso?

Muy difícil. Por ejemplo, en el Ministerio de Gobierno, que ahora va a tener una reestructuración, alrededor de 70 por ciento de los funcionarios tienen nombramiento. Me puse a revisar las gobernaciones y, alrededor, de un 98 por ciento son de nombramiento. ¿Qué significa eso? Que no se puede refrescar muchas instituciones. Uno pensaría que, de cajón, un gobierno puede cambiar la estructura, pero para sacar a las personas hay que hacer un egreso. Esta es la misma realidad que se vive en empresas públicas y ministerios muy sensibles. La crisis energética que se desató nos hizo preocuparnos de qué estaba pasando en el Ministerio de Energía, Celec, Petroecuador. La realidad es esa: personas que no pueden ser removidas y buenos funcionarios técnicos y honestos que son sacados por las administraciones porque no les gusta que la gente haga bien el trabajo. Donde hay mucho dinero, lamentablemente, hay mucha corrupción.

(Torres también explicó que hay funcionarios que, luego de ser despedidos, usan recursos legales inventándose discapacidades para evitar ser removidos. Aseguró que solo en Petroecuador se ha detectado una suma de 460 millones de dólares en sentencias por evitar que se remuevan funcionarios).

¿Cómo es la personalidad de presidente? Sus detractores dicen que es vengativo por cómo han terminado las cosas con la vicepresidenta Verónica Abad y la denuncia contra la exministra de Energía Andrea Arrobo.

El presidente pierde la confianza muy rápido en aquellas personas que dan indicios de que no están, no solo haciendo su trabajo, sino que no están actuando de acuerdo a su visión. No es que de plano una decisión llega a desconfiar en una persona o a sacarla de su cargo. Son temas reiterativos. En el caso de Energía (exministra Andrea Arrobo) había también una falta de información cuando esto (los apagones) se pudo prevenir. Y una desconfianza que las cosas no se hayan hecho a tiempo y que coincidió con los intereses de los opositores en una semana prelectoral. El presidente sabe a dónde quiere ir. Se apoya en un grupo de confianza que tiene y si alguien no puede seguirle el paso o no quiere dar el paso al costado tiene que ser removido. Distinto es el caso de la vicepresidenta en donde hay una evidente desconfianza por algo que pasó en campaña y que, lamentablemente, se trasladó a la gestión. Por eso es que el presidente tomó una decisión dura y tajante.

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