Hasta ahora, los servicios de inteligencia locales han detectado cinco amenazas de muerte en contra de la comunicadora Mayra Salazar, quien permanece bajo prisión preventiva en Quito por el Caso Metástasis, procesada por presunta delincuencia organizada.
Dos de aquellas alertas fueron emitidas por tentativas de envenenamiento, por lo cual su alimentación es vigilada en demasía dentro del centro de privación de libertad del sur de la ciudad capitalina en el que está detenida como testigo protegida de la Fiscalía General del Estado.
Dentro de aquella cárcel, Salazar, quien fue relacionista pública de la Corte del Guayas, ahora también pieza clave del Caso Purga, que investiga una presunta trama de corrupción judicial que favorecía intereses particulares, está en una de las celdas que ocupan las reclusas que están embarazadas o tienen hijos con ellas.
“En cada celda (de esa sección) hay un microondas porque, como hay menores, entonces a estas criaturas hay que prepararles su alimentación. Lamentablemente, retiraron el que estaba en la celda donde está Mayra”, afirmó el abogado de Salazar, Leonardo Toledo, en declaraciones difundidas por Diario El Universo.
La inaccesibilidad a este electrodoméstico para la procesada genera preocupación en el letrado, puesto que, según relata, si ella quiere calentar su comida, su única opción es pedirle a una mujer privada de la libertad de otra celda que lo haga, y esto daría pie a que la puedan tratar de envenenar de vuelta.
“¿Por qué se lo retiraron? No hay una explicación. Hemos realizado muchos pedidos al SNAI (Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores). Ninguno tiene respuesta. Es importante, porque los dos atentados con dos reportes de envenenamiento ya nos hacen ver que esa es una de las formas como quieren darle de baja”, advierte.
El abogado defensor agregó que Salazar requiere tener acceso a un microondas propio con urgencia porque ha sido operada de una manga gástrica y por ello su dieta consiste principalmente de "enlatados y de bebidas" que le manda su familia. Además, advierte que "por la desesperación", podría desarrollar depresión.
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El resto de amenazas contra la vida de la procesada han sido alertas de explosivos en espacios en los que iba a estar y, según se dio a conocer cuando dio su testimonio anticipado por el Caso Purga, un presunto atentado en su contra urdido por varias personas que fue descubierto por las autoridades y del cual no se han dado detalles.
“Mayra no solamente es importante en lo que está terminando como instrucción fiscal del caso Metástasis, sino que también es una pieza mucho más importante del Caso Purga. Este es el relato que ella hace de los dos años que vivió como relacionista pública de la presidencia de la Corte del Guayas”, resaltó el abogado de Salazar, quien considera que su vida está en manos del Estado.