Hace una semana, Vistazo reveló la sentencia que obliga al Ministerio de Educación a pagar 85,9 millones de dólares a la empresa China Railway por un fallido contrato de escuelas prefabricadas firmado en la época de la revolución ciudadana.
El contrato data de 2015 y tenía como objeto la implementación de 200 escuelas “tipo milenio” con material prefabricado. Pero en 2018, la administración de Lenín Moreno dio por terminado el contrato porque detectó retrasos y fallas en estas infraestructuras. China Railway había alcanzado a construir 50 escuelas hasta ese año, pero el Ministerio de Educación solo recibió 20.
En una entrevista radial, el expresidente Rafael Correa acusó al gobierno de Moreno. “Por hacerle daño a Correa no recibieron las escuelas. Les acaban de ganar el juicio. Se acaba de mostrar que todo era falso. Pero incluso si hubiera sido real, qué es lo que hace un gobierno responsable, si las escuelas no son de buena calidad, (debían) tratar de solucionar el problema”, dijo.
Correa, además, posteó el video con la siguiente frase: "Lenín Moreno y su ministro de Educación, Fander Falconí, por odio le negaron las escuelas a nuestros niños. Deberían responder ante la justicia.”
Ante eso, Falconí, respondió: “El contrato de las 200 escuelas prefabricadas con China Railway, iniciado y no concluido en tu gobierno, estuvo lleno de irregularidades. Que la justicia actúe. He respondido a amenazas políticas con honestidad y frontalidad. A mí no me intimidas. Infórmate antes de hablar”.
Más allá de las acusaciones, según reveló Vistazo, hubo errores tanto en la contratación que se dio en el gobierno de Correa por contratar a una firma china al apuro, como falencias en las motivaciones de la terminación del contrato en la administración de Moreno.
Lo de fondo es que, con la sentencia, el Ministerio de Educación que no tiene ni para construir nuevas escuelas, debe pagarle a China Railway 85,9 millones de dólares. Esta cartera de estado tendrá que recurrir a deuda para honrar el pago de escuelas prefabricadas que ya no existen, porque muchas fueron abandonadas y destruidas. Y las pocas que quedan están por cumplir su vida útil que es de ocho a diez años.
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