El Fondo Monetario Internacional (FMI) confirmó este jueves que Ecuador está considerando solicitar un nuevo crédito de resiliencia, conocido como Mecanismo de Sostenibilidad y Resiliencia (RSF, por sus siglas en inglés).
El mecanismo es diseñado para proporcionar financiamiento asequible a largo plazo a los países que implementan reformas orientadas a mitigar riesgos que amenazan la estabilidad.
Revise: Candidatos elecciones Ecuador 2025: estos son los perfiles y patrimonios de los presidenciables
"Ecuador es elegible para acceder a los fondos de resiliencia y sostenibilidad, y las autoridades están evaluando la posibilidad de un acuerdo bajo el RSF", señaló la portavoz del FMI, Julie Kozack, en una rueda de prensa.
Kozack recordó que en mayo pasado, el directorio del FMI aprobó para Ecuador un programa de crédito a 48 meses, con un monto total de 4.000 millones de dólares, de los cuales 1.000 millones fueron desembolsados de inmediato.
Este programa se firmó bajo el Servicio Ampliado del Fondo (SAF), que tiene como propósito "apoyar las políticas del país para estabilizar la economía, proteger la dolarización y crear bases para un crecimiento inclusivo y sostenible".
La portavoz destacó que el acuerdo está alineado con las políticas del Gobierno ecuatoriano, y la primera revisión del mismo está prevista para antes de fin de año.
No obstante, Kozack no proporcionó más detalles sobre el nuevo crédito que el Gobierno de Daniel Noboa podría solicitar. Asimismo, indicó que las proyecciones de crecimiento económico para Ecuador serán actualizadas en las próximas reuniones anuales del FMI, que se celebrarán a finales de octubre.
La economía ecuatoriana decreció un 2,2% en el segundo trimestre de 2024, comparado con el mismo periodo del año 2023. Este comportamiento estuvo relacionado con una contracción en el sector de la construcción, del consumo de los hogares y del gasto de gobierno, según informó el Banco Central del Ecuador (BCE).
La reducción de la formación bruta de capital fijo (FBKF) se debió a la contracción del sector de la construcción en 17,2%, que constituye alrededor del 44% de este componente.
Asimismo, este componente se vio afectado por un decrecimiento de la demanda de bienes de capital como maquinaria y equipo de transporte.
Adicionalmente, el consumo de los hogares se contrajo en 2,2% por la disminución de la demanda de productos textiles y calzado, así como, por una caída en los servicios de comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida.
Por su parte, la reducción del gasto de gobierno en 0,6% estuvo relacionada principalmente a una disminución en el rubro de compras de bienes y servicios.