Francia inscribio el aborto en su Constitución, tras una histórica votación que lo convirtió en el primer país en blindar esta práctica y que busca enviar un mensaje al mundo tras varios reveses.
En total, 780 de los 925 parlamentarios aprobaron una reforma constitucional que modificará el artículo 34 de la Carta Magna para incluir "la libertad garantizada de la mujer a recurrir a la interrupción voluntaria del embarazo".
La ceremonia final de inscripción del aborto en la Constitución tendrá lugar el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, anunció el presidente Emmanuel Macron, que celebró "un orgullo francés, mensaje universal".
Los diferentes oradores homenajearon a las francesas que obraron por los derechos de las mujeres, desde la filósofa Simone de Beauvoir, autora de "El segundo sexo", a la abogada Gisèle Halimi, quien logró en octubre de 1972 absolver a una joven de 16 años que abortó tras una violación.
Y bajo el Palacio de Versalles, los legisladores se levantaron de sus bancas de terciopelo rojo para ovacionar a la fallecida Simone Veil, superviviente del Holocausto y artífice en 1975 de la despenalización del aborto en Francia como ministra de Sanidad.
Mientras que, una explosión de alegría se sintió en la plaza del Trocadero, frente a la Torre Eiffel, junto al monumento de los Derechos Humanos, donde frente a una pantalla gigante que retransmitía la sesión del Congreso se reunieron centenares de defensores del aborto.
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En 2022, se extendieron los plazos hasta las 14 semanas en Francia, donde el número de interrupciones voluntarias del embarazo se mantiene estable desde hace dos décadas en unas 230.000 anuales. Sin embargo, acceder a esta práctica es muy difícil en las zonas rurales.
Aunque alrededor del 80% de franceses apoyan la protección del aborto en la Constitución, según los sondeos, y existe un amplio consenso político desde la extrema derecha a la izquierda radical, los obispos llamaron este lunes "al ayuno y a la oración".
"En la era de los derechos humanos universales, no puede existir un 'derecho' a suprimir una vida humana", afirmó en un comunicado la Academia Pontificia para la Vida, el organismo del Vaticano que se encarga de las cuestiones de bioética.
La garantía del aborto en una Constitución nacional solo tiene un precedente histórico, en 1974 en la desaparecida Yugoslavia, aunque esa garantía se extinguió con el final de ese país.