Un estudiante universitario británico de 21 años, Miles Routledge, asegura que se encontraba en Afganistán de "vacaciones" cuando se vio sorprendido por el avance de los talibanes, por lo que ahora está atrapado en el país y retransmite su periplo en directo a través de sus redes sociales.
"No hay más vuelos comerciales desde Kabul. Estoy atrapado en Afganistán". Routledge se encuentra en un verdadero problema después de viajar al país afgano hace pocos días de vacaciones con un único criterio: ir al primer país que apareciera en Google tras la búsqueda "lugares más peligrosos del mundo".
"Creía que el país no caería hasta dentro de un mes, así que pensé que estaría bien", se excusa el joven que voló el pasado viernes 13 de agosto desde Estambul hasta Kabul.
No obstante, Routledge afirmó hoy al diario británico "The Times" que en estos momentos se encuentra "en buenas manos", en un emplazamiento gestionado por Naciones Unidas en Kabul junto con cerca de 50 personas de nacionalidad británica, estadounidense y turca.
En un primer momento, sin embargo, criticó que había sido abandonado por la embajada británica, que no respondía a sus llamadas ni correos electrónicos cuando los talibanes ya rodeaban la capital afgana.
Este joven, estudiante de Física en la Universidad de Loughborough (centro de Inglaterra), escribió en el foro 4Chan el pasado 13 de agosto: "He decidido pasarme por Afganistán unos días, nunca he estado antes. Simplemente holgazaneando y tomando el sol. Me parece más pacífico que Londres".
Routledge ha explicado que escogió Kabul como destino turístico porque quería descubrir "los peores lugares del mundo", como si de una "lista de la compra" se tratase, tras haber visitado la zona de exclusión de Chernóbil en 2019.
Su primer objetivo era visitar Corea del Norte, pero debido a la pandemia de coronavirus los trámites burocráticos para entrar en Afganistán eran más sencillos, ha argumentado el estudiante, que se quedó prendado además de la "belleza, gastronomía y precios baratos" del país.
Routledge no tiene contacto con nadie de su familia desde los 14 años, ha llegado a vagabundear en las calles de Birmingham y trabaja en banca para pagarse sus estudios, mantenerse económicamente y poder hacer sus excéntricos viajes, según él mismo ha relatado.
El joven, declarado católico, agradece a Dios seguir vivo: "Soy muy religioso, así que confío en que Dios cuidará de mí".