Esteban Santos

¿El regreso de UNASUR?

miércoles, 12 abril 2023 - 11:05
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Flamantes nuevos pero reciclados líderes en la región alistan lo que al parecer se cocina como una nueva y gran revolución de 360º en nuestra región.

Luego de las decenas de millones de dólares invertidos a cambio de tener una organización que hoy se encuentra en acefalía, sin sede y apenas con estados miembros -mismos que figuran solo de nombre ya que todos dejaron de aportar años atrás- regresa una década después la idea de revivir a la Unión de Naciones de Sur (UNASUR).

La República Argentina, el país con el índice de inflación más grande en toda la región solo después de la hiperinflación venezolana, con tasas que han alcanzado al 100% anual, comanda la iniciativa. La encabeza el presidente Alberto Fernández, a quien el país sede, Ecuador, -aunque ya no es parte de la organización-, ha denunciado por un grave impasse diplomático a raíz de la ayuda a la fuga de la ex ministra María de los Ángeles Duarte; hecho que pasará a la historia como un impresentable y lamentable episodio, como una afrenta a las relaciones amistosas que deben existir entre los estados en el marco del Derecho Internacional.

Esta “nueva” iniciativa ha tomado revuelo ya que ha sido secundada por Brasil, presidido nuevamente por Luis Ignacio Lula da Silva, histórico líder sindical que a sus 77 años ha dado inicio a su tercer mandato. Lula quiere recuperar nuevamente el peso geopolítico de su país en la región, dando un golpe de timón y echando abajo todo lo realizado por su antecesor inmediato, Jair Bolsonaro.

Durante este arduo y longevo reto que ha sido pregonar por una verdadera integración, en Sudamérica no hemos logrado alcanzar ni siquiera el primer paso mínimo que sería a través de un arancel externo común. Pero el populismo siempre podrá más y por supuesto esta realidad no representa un obstáculo para que estos prenombrados mandatarios disparen nuevamente como propuesta en corolario, que además es hora “nuevamente” de tener una moneda común en la región.

Estos líderes dejan de lado nuevamente todo ápice de tecnicidad y resaltan que lo único que les importa es el discurso y la afinidad política. Terminan reconociendo, tácitamente, que ninguno de los desenfrenos por los que murió la UNASUR han sido subsanados, todo lo contrario, regresan igual de empoderados con los mismos vicios populistas que estuvieron presentes hace más de una década en la región.

Pan y circo, o en este caso, más circo para pueblos que cada vez tienen menos pan.

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