Ya son más de 290 incendios forestales que han sido reportados en lo que va del verano de 2024 en Quito la capital del Ecuador, esto fruto de la combinación del intenso y voraz verano, su consecuente sequía extendida y con ira también decirlo, de inescrupulosos pirómanos que deberán enfrentar a la justicia de todo un país que los repudia.
Sin embargo, los incendios del día martes 24 de septiembre de 2024, serán recordados por el país y sobre todo su capital, como uno de los más voraces en su historia. Los sectores de Guápulo, la Gonzales Suarez y Bellavista, fueron con creces los más afectados. Quedarán en el archivo colectivo todas las dantescas imágenes y videos de cómo el fuego presentó una faceta apocalíptica solo presentes en zonas de guerra.
Por esto es importante realizar algunas reflexiones hoy mientras todavía siguen activos varios focos incendiarios. La primera es reconocer el absoluto caos que fue el tránsito capitalino, nuevamente aquí nuestra incultura mezclada con los apagones eléctricos decretados por el gobierno, sacaron a relucir una lamentable faceta que debe ser con urgencia corregida, colas interminables de autos obstaculizando el paso de los servicios de emergencia son un impensable que no puede volver a ocurrir. Las autoridades sin excusas deben presentar y los ciudadanos acatar un plan de contingencia ante desastres serio y real.
La segunda es una reflexión a nuestro liderazgo, bien ha señalado el Presidente Noboa que este no es un momento para hacer política, por eso solo dejar sentado que usted nunca debió haber salido del país en medio de los también históricos apagones eléctricos que sufre el Ecuador, esperamos ahora que asuma como estadista el mando de estas emergencias.
Al alcalde de Quito y los Ministros del ramo encargados lo propio, esperamos liderazgo y unión.
Destaquemos y celebremos también lo bueno, las muestras de solidaridad de los quiteños también no se hicieron esperar, hombres y mujeres de bien que salieron ayudar aplacar las llamas y apoyar en lo que se pueda. El Fénix en la mitología griega habla sobre el renacer entre las cenizas. Quito, la carita de Dios no será la excepción.