La juramentación de un arrinconado y solitario dictador
Buscando no emular lo que aconteció en Siria con la caída de Bashar Al Assad, Nicolás Maduro se atrinchera y para reforzar su delirio, secuestró al yerno del verdadero Presidente electo Edmundo González Urrutia, asedia con la policía a la familia de María Corina Machado, ha arrestado sin pruebas a más de una centena de “terroristas”, convenientemente de diferentes nacionalidades, como para asegurarse las suficientes fichas de cambio en caso de requerirse una futura negociación y como corolario, incluso se ha permitido repartir viejos rifles kalashnikovs entre la población civil.
Acérrimos aleados ya solo las dictaduras de Cuba y Nicaragua, ya no hay China que financie o Rusia que defienda, en la región hasta el ex guerrillero del M-19 Gustavo Petro resaltó que no se puede defender lo indefendible, Maduro robó las elecciones. Nuevas expulsiones y cierres de embajadas ahora con Paraguay y Chile, mientras Panamá de manera admirable reunió a 9 Cancilleres de la región y a varios expresidentes entre los que aplaudo se encuentre presente la delegación ecuatoriana, para juntarse y unirse junto al elegido Presidente González Urrutia en un solo objetivo común, demostrar que la región está con él y que todos deseamos que regrese la democracia y junto con ella la prosperidad con el hermano país caribeño.
Ahora bien, la pieza final del ajedrez y la razón por la que Maduro finalmente y pese a todo este despliegue internacional seguirá en el poder, son los Estados Unidos del Presidente Trump, quien no tiene el menor reparo en tratar con dictadores y violadores de derechos humanos siempre que le sirvan a sus intereses. Por esto, no debe extrañarse que las petroleras norteamericanas podrán seguir operando con la anuencia de Washington, a cambio de permitirle a este tirano y sus séquitos mantenerse en el poder.
Nadie tiene una bola de cristal que prediga el futuro, la solución final estará siempre y de manera exclusiva en el pueblo venezolano, pero mientras, hoy más que nunca celebro que este tirano sabe ya, que sus días terminarán como terminan todos los de su calaña, preso, asesinado o en el exilio.
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