María Verónica Córdova: “Todo lo podemos hacer”
Esta ingeniera de 32 años es apneísta, consultora ambiental, madre de una pequeña de 4 años y medallista panamericana. Rompió 4 récords en el Mundial de Apnea en Serbia y representa al Ecuador en este deporte.
María Verónica toma aire, se sumerge en el agua y puede mantenerse ahí, entre su mente enfocada y su cuerpo estático, durante 7 minutos. Concretamente, 7 minutos con 3 segundos. Mientras el tiempo transcurre, hay un juez que la está observando, un coach que la acompaña, un gran público que solo está esperando el instante en que salga para volver a tomar una bocanada de aire y haga una señal de que todo está bien con su cuerpo y muestre una sonrisa que dé indicios de victoria.
María Vero, como muchos le dicen, es apneísta. La apnea es un deporte extremo que consiste en contener la respiración la mayor cantidad de tiempo posible debajo del agua, recorriendo largas distancias o descendiendo hacia grandes profundidades.
Esta deportista, entre el 2016 y 2022, rompió 10 récords panamericanos y 15 nacionales en distintas modalidades. En el 2017, representó al país en el Panamericano de Apnea que se realizó en México, donde ganó 4 medallas de oro y rompió dos récords panamericanos en las modalidades de estática y dinámica con bialetas. En los mundiales de Serbia del 2021 y 2022 logró 1 medalla de bronce y pudo romper 8 récords panamericanos en total.
Cómo comenzó todo...
Su padre siempre decía que los niños tienen que aprender a nadar antes de caminar. Es así como María Verónica se vinculó con el agua desde muy chica. En el colegio nadaba y era deportista, pero fue solo de adulta, en el 2015, que la apnea llegó a su vida. “Un día en el trabajo una amiga, Gianna, me presenta este nuevo deporte. Me dijeron que aguantara la respiración, lo intenté y soporté 2 minutos 30 segundos... Dijeron ´tienes que potenciar esto, ven a la piscina´, y justo me acababa de casar con mi actual esposo, David. Y le dije, ´por favor, acompáñame´, pero él decía que era deporte de niñas. Fuimos un día y de ahí nunca más dejamos de ir, porque era nuestra actividad juntos. Desde ese momento, ´me sentí como pez en el agua´”, comenta.
Le encantaba estar en la piscina y practicar. Poco a poco fue mejorando hasta que se dio cuenta de que ya no se trataba de un simple hobby, ella tenía la capacidad para hacer un entrenamiento profesional.
Un día normal
Se levanta muy temprano, a las 05:15 a.m., y se va a la piscina olímpica.“Trato de entrenar antes de que mi hija se levante para ir al kinder, para poder arreglarla y peinarla, porque esa es mi segunda meta del día... poderla peinar bien y que vaya impecable. Para mí eso es un logro, mejor que cualquier récord panamericano”, aclara.
Y es que ella no solo es apneísta, es ingeniera civil, consultora ambiental y madre de Marina, a quien llevaba de compañía, desde muy pequeña, a los entrenamientos. “Me llevaba a Marina en la madrugada. Mis padres me decían que estaba loca, pero igual la llevaba y ella era feliz en el coche mientras nosotros entrenábamos, y me fui adaptando”.
En esta familia todos son parte del equipo, pues no solo la bebé acompañaba a su madre, sino que su esposo, David Henriques, entrena con ella a diario y se convirtió en su coach cada vez que viajan a competir. El entrenador de María Verónica es Juan Roldán, pero cuando hacen los viajes de competencia David es quien va junto a ella y la guía.
María Vero le dedica dos horas diarias a su entrenamiento, a eso agrega ejercicios de respiración, relajación, estiramiento, “que también son necesarios cuando ya quieres ir mejorando, más si quieres llegar a un nivel competitivo un poco más alto”, explica.
Debajo del agua
“Aguantando la respiración, al cuerpo le pasan muchas cosas. Una de las más increíbles es este reflejo que tenemos; reflejo mamífero de inmersión, y como su nombre lo dice, es cuando un animal mamífero, como lo somos nosotros, conecta su cara con el agua. Tu cuerpo empieza a darse cuenta que algo está pasando, algo diferente, y se pregunta ¿qué hago? Me tengo que adaptar. ¿Cuáles son algunas de esas adaptaciones? Tu corazón empieza a palpitar más lento y el organismo empieza a consumir menos oxígeno. Y, así mismo, tu cuerpo es tan inteligente que empieza a enviar sangre a través de tus venas a los órganos más importantes para sobrevivir”, cuenta emocionada. “Es como estar en un estado de supervivencia... entonces es increíble ir conectando las sensaciones con esta evidencia de lo que realmente sucede, con el conocimiento”.
Sus secretos
“Hay una herramienta que sirve mucho en la apnea y la utilizo bastante, es la visualización. Es decir, empezar a visualizar lo que tú quieres hacer en tu performance. Obviamente no vas a visualizar hacer 500 metros, porque nunca lo has hecho, pero sí puedes visualizar hacer algo que ya hiciste en entrenamiento”. ¿Y qué pones en esta visualización?, le pregunto. “Pones todos estos factores adicionales como el juez, los nervios y todo esto empiezas a imaginarte que lo estás viviendo; tu cuerpo realmente no se da cuenta si es verdad o mentira. Tú tienes que hacerle sentir que estás en el momento de la competencia”.
Sus logros en el Mundial de Serbia 2022
Rompió cuatro récords este año. En cuatro días de competencia realizó cuatro modalidades diferentes: en la categoría “Dinámica sin aletas” hizo 150 metros (estamos hablando de un equivalente a tres piscinas olímpicas, sin respirar), en “Dinámica con bialetas” hizo 225 metros, en “Estática” logró aguantar la respiración durante 7 minutos 3 segundos y en la modalidad “Monoaleta” hizo 207 metros.
Estos récords a María Verónica le significaron un gran paso en su proceso personal y profesional, pues a pesar de no haber llegado al podio esta vez, ella dice: “para mí significó mucho más que una medalla, porque la verdad me esforcé mucho este año. He realizado mucho sacrificio... la disciplina es todo, es lo que te hace llegar más lejos”. Y agrega, “fue increíble el apoyo de las personas. Siento una responsabilidad muy grande también, de saber que atrás mío hay todo un país”.
¡Qué maravilla que Marina tenga una mamá como tú!, le digo, “Sí”, me contesta, “eso es lo que quiero demostrar a las niñas, que todo lo podemos hacer”.
Por cierto, al haber terminado de leer este artículo habrán pasado 5 minutos aproximadamente en tu reloj, a María Verónica todavía le quedan 2 minutos más debajo del agua, sin respirar.