Andrea Tello: Joyería con arte y cosmovisión indígena
Su familia tenía una joyería en Cuenca, a pesar de ello su gusto por la creación de joyas no vendría de ese acercamiento, sino de sus estudios de dos años en cosmología andina, al cual llegó por sus clases en la Alianza Francesa. Andrea Tello bromea con que aunque no aprendió a hablar quichua sí se conectó con saberes ancestrales y con la música andina creada con instrumentos de viento.
Luego iría a estudiar arte, marketing y relaciones públicas en Estados Unidos y al regresar, tras siete años y una maestría, empezó a vender joyería elaborada en la fábrica de su papá, eso le permitiría ahorrar para ella poder empezar a crear, pues no se sentía a gusto al 100% con los diseños que ella veía y eran elaborados por artesanos. “Eso me incentivó muchísimo a que yo empiece a crear mis propias joyas”, nos comenta, eso también la llevó a estudiar joyería en el 2003.
Fue en el 2011 que por su peineta de filigrana, la cual ganó varios concursos, recibiría el reconocimiento de Excelencia UNESCO para la artesanía, lo que la llevaría a ganar reconocimiento internacional.
Artesanía que revive
Ella nos cuenta que cuando empezó a hacer filigrana, nadie se dedicaba a esta, pues se trataba de una técnica asociada a las mujeres indígenas y eran accesorios usados para el matrimonio. Pronto su notoriedad como joyera la llevó a ser invitada a diferentes países para dar charlas. “Esta es una artesanía que de cierta forma estaba en vías de desaparecer, porque ya la gente no la hacía en algunos países”, nos cuenta.
Además, señala que países como México, Paraguay, Perú y Ecuador, donde hubo asentamiento español esta técnica fue muy común y está reviviendo, en el caso de nuestro país ella ha venido capacitando a artesanos y la inspiración la toma de la cultura.
“Yo lo que más hago son flores: la flor completa significa la plenitud de la vida de una mujer, así lo tejen las artesanas otavaleñas en su ropa; cuando la flor está a la mitad representa que una mujer está casada”, nos cuenta sobre el tipo tejido que hace ya sea con plata u oro. También espirales y hojas son algunos de los diseños que se pueden ver en sus creaciones por lo que nos dice “yo te cuento historias a través de mi joyería”, por lo que también nos dice que lo asocia con arte.
Promoción e investigación
Andrea asegura que se ha dedicado a viajar y mostrar su trabajo. Actualmente es la encargada especial de asuntos internacionales del Centro de Arte Público de China, y la Universidad de las Bellas Artes de Shanghai en materia de comunicaciones artísticas, con el fin de promover la protección de Patrimonios de la Humanidad no materiales, y facilitar la comunicación cultural y las investigaciones sobre la artesanía latinoamericana.
Fue a raíz del premio de la Unesco que ella vio cuán interesante podría ser la cultura indígena y lo atractivo que podía ser para el mundo, por eso ha estado invitada junto a artistas reconocidos para mostrar su trabajo y toda la historia y background cultural que puede haber detrás de cada pieza. “Yo casi toda mi vida, me he dedicado a investigar la artesanía y siempre estoy buscando formas de darlo a conocer, así como que la artesanía continúe”, nos dice.
Este año quiere empezar a desarrollar carteras y textiles, para dar mayor relevancia al trabajo artesanal de este tipo de piezas, porque algo que le cuesta aún entender es por qué no se valoriza el trabajo del artesano, mujeres y hombres con saberes ancestrales a los que se les regatea el precio de sus productos que muchas veces han tomado muchas horas o días de trabajo hecho 100% a mano.
Una colección diferente
La artista también trabaja con piedras naturales, algo que se deja ver en Asia, una colección que realizó luego de una cirugía para retirar su útero, una larga recuperación y un viaje por China, Singapur, Seúl, Vietnam e Indonesia. Y lo que la cautivó fue la simpleza y belleza de estos lugares asiáticos.
Actualmente sacó su colección despertar, en la que usa una investigación enorme en cuanto a al poder que tienen las energías, algo muy apegado a la cosmovisión andina, pero también a creencias espirituales, por ello ha creado piezas hechas de nácar en cuarzos, que son tallados a mano, entre los que se pueden encontrar ángeles y Buda, este último representa justamente el norte dentro de una evolución espiritual.
