Camille Gamarra: 'Yo aprendí a transitar el duelo desde la gratitud'
La artista plástica y visual llevó su obra al extranjero, transformó su taller para hacerlo sobre ruedas, tiene su propio podcast y no ha dejado de trabajar en el proyecto musical de su esposo, una herencia que toca corazones.
La Petit Artist, como es conocida en el mundo de las redes sociales Camille Gamarra, empezó su año con gran motivación, no solo era tiempo para cosechar el fruto del trabajo que venía haciendo desde hace tres años en su taller artístico en la que trabajaba con niños, sino que se había puesto la meta de apoyar el proyecto musical de Aire del Golfo, que era el nombre artístico de su esposo Diego Gallardo. Pero la muerte de él, el fatídico 9 de enero del 2024, cambió la forma de transitar ese camino que habían trazado juntos.
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Camille nos cuenta que fue junto a Diego y el apoyo de sus cuñados que creó su taller y que ese era su lugar feliz, pero tras el fallecimiento de él le dolía ir a ese lugar más que a la casa que habían compartido. Y aunque le costó mucho tomar la decisión de dejar ese espacio, dio un gran salto por sus dos pequeños, ya que ellos necesitaban estar más tiempo con ella, así fue como creó el taller sobre ruedas, un proyecto que unifica “la casa mágica”, que son estas instalaciones de arte que brillan en la oscuridad, su taller de arte para niños, y a la vez activaciones para marcas y cumpleaños infantiles; el punto clave era no perder tiempo en montaje y desmontaje, pues se trata de tiempo preciado para su familia.
Oportunidades que son señales
Pero quizás esto no hubiese surgido si ella se hubiese encerrado en el sufrimiento. No ha pasado ni un año desde que Diego fue a recoger a su hijo Luca de la escuela porque la ciudad estaba viviendo su mayor ola de violencia, esa tarde un canal de televisión había sido tomado a la fuerza y en más de una calle los disturbios surgieron, siendo una bala perdida la que impactó contra el joven músico que se convirtió en un “héroe con alas” para su familia y amigos.
Camille recibiría como su viuda, la condecoración póstuma en su honor entregada por la “Asamblea Nacional de la República del Ecuador, Dr. Vicente Rocafuerte”, al mérito social, no solo por su habilidad musical sino por convertirse en un símbolo de paz en tiempos de dolor y angustia.
Ella nos cuenta que este ha sido un tiempo de transformación y mudanza, en el que surgieron oportunidades únicas que para ella fueron señales del cielo. Como la invitación a exponer su obra “Introversión” en Suiza, esta muestra era muy personal y aborda precisamente el duelo, el cual ella ya había transitado con la partida de su padre, ocho años atrás.
Pero también esta colección que ella ya había presentado en el país el año pasado fue en parte lo que la ayudó con este nuevo proceso de sube y baja emocional. “Yo aprendí a transitar el duelo desde la gratitud”, afirma esta joven artista qué decidió vivir esa experiencia y obtuvo la recompensa de que las 12 piezas gustasen y se vendiesen todas.
“No lleve todas las piezas, llevé las que para mí eran un poco más simbólicas y que también se acoplaban a mi situación actual con mi esposo”, señala Camille, quien se ayudó de una rifa para poder reunir los fondos para ese viaje en el que asegura a través de su arte también pudo hablar de la situación de violencia en el Ecuador: “A veces uno cree que eso no pasa en el país, que no nos pasa a nosotros, pero hay un punto en que la situación y la delincuencia ya no tiene divisiones, ya no hay clases sociales, ya no hay sectores... yo creo que eso es lo que la muerte de mi esposo también visibilizó y tocó la sensibilidad de la gente”.
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Cumpliendo promesas
A la par de su propia obra ella no ha dejado de lado el proyecto musical de Diego. El concierto homenaje que se realizó junto a la familia y amigos de “Aire del golfo” tuvo gran acogida, y ella nos cuenta que justo en las vacaciones de las festividades del 2023 ellos habían hablado de sus discos futuros.
Además, el músico dejó tesoros, fue así como Camille se encontró con la canción “Guayaquil” grabada, y también con más canciones. “Es como que él me estaba dejando todo por escrito y estaba haciendo una lista en mi cabeza de los discos que dejaba ‘Dejar zumbar dos’ y de ahí venía, ‘Maquetas’ y el último ‘Comunidades’”, nos cuenta y destaca que justamente el dejó grabado voces de ‘Dejar zumbar dos’, del segundo grabó solo maquetas de su voz y el tercero no lo llegó a grabar, pero él había le hecho el comentario que creía que ese iba a ser solo cantado por sus amigos músicos.
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“Hemos tenido abundancia en nuestro arte, porque yo me he volcado a trabajar en el proyecto artístico de mi esposo y al mismo tiempo, yo digo, así como yo le cumplo sus sueños desde aquí él me ayuda a cumplir los míos desde allá”, nos dice Camille, quien asumió esta faceta de producción musical y asegura que aunque ella siempre usó su arte para sanar y ayudar a otros, ahora son las canciones de su esposo los que han ayudado.
“Para el homenaje, lloramos cada vez que entramos al estudio, lloramos porque era tan raro estar sin él tocando su música, pero fue tan bonito porque era liberador, sanador. Había mucha catarsis. Nos abrazamos y oramos, como que todo fue una montaña rusa de aceptar esta nueva realidad, pero al mismo tiempo mantenerlo vivo”.
Los videos musicales también lo tendrán a él a través de ilustraciones que ella está creando, la idea es que también Diego salga en los videos.
“Un sorbito de fe”
Camille también ha asumido otro proyecto, se trata de un podcast en el que ha decidido compartir su historia y al que llamó “Un sorbito de fe”, ya que asegura ha sido su cercanía a Dios lo que le ha permitido sanar: “Yo creo que Dios a veces te pone situaciones precisamente para que, con tu ejemplo, tú puedas ayudar a otras personas y eso hace que mi concepto de cargar la cruz se transforme en abrazar la cruz, te abrazas a la cruz con amor”.
Y aunque la artista señala que siempre fue muy reservada con su vida familiar ella abrió las puertas para que otros puedan conectar.
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“Yo siempre quise usar mi arte para ayudar a otras personas nunca fue como algo de estética o querer renombre”, nos dice Camille, quien además explica que “ha sido bonito igual tratar de ver las cosas desde otra mirada, no desde lo que nos faltó, sino desde lo que tenemos, y transformar todo, no solo el negocio, es transformarme como persona, como mamá, como mujer en esta nueva vida. Me toca ahorita vivir sola con mis hijos y también enseñarles a seguirnos transformando como familia”.
El duelo con niños
La artista, quien tuvo dificultades con el aprendizaje por su dislexia y solo tuvo el acompañamiento de su papá en la infancia, nos dice: “Creo que el sufrimiento es opcional, te va a doler, pero tú puedes transformar ese dolor también en una fortaleza y es lo que yo he tratado de hacer con mis hijos”, por esa razón ella les habla de Diego a sus hijos y les cuenta del lugar mágico al que fue, los incentiva a hacer dibujos y cartas porque aunque la persona no está se pueden crear nuevas formas de comunicación.
“La presencia no es física, es espiritual, así como la presencia de Dios”, asegura, y lo que en esos casos se hace es seguir amando, pero de otra forma. “Yo trato de enseñarles que en vez de ver lo de que hemos perdido, más bien veamos lo que hemos ganado, el cielo”.
Un trabajo personal
Este proceso también ha hecho que ella empiece a trabajar en ella misma, a tener su tiempo y su espacio sin sentir culpa. Por eso ha retomado a hacer ejercicio, comer sano, a tener mejores rutinas de descanso porque aprendió que al volcarse solo en los hijos la persona se debilita y de esa manera no puede ayudarlos a ellos.
Todo esto favoreció a que los pequeños de Camille estén más calmados porque ella lo estaba. “Ellos no siguen nuestras palabras, siguen nuestras acciones, nuestros pasos, entonces yo también les he tratado de enseñar una forma de amor propio, que se traduce en el amor de Dios”, nos dice, a la par que asegura que su terapia ha sido la oración y resalta: “Cuando vives en gratitud ya no queda espacio para el dolor”.
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Además, su arte sigue floreciendo, hace poco estuvo en Nueva York exponiendo su obra "Cosmogonias” en Espial Gallery en Brooklyn, un proyecto que le tomo año y medio de investigación.