La historia de Samia Álava, la ecuatoriana #1 en el ranking mundial de patinaje
Es la número 1 en el ranking mundial de patinaje artístico 2024, está haciendo historia en el deporte ecuatoriano y atesorando grandes aprendizajes mientras construye sus sueños sobre la pista.
Samia Álava tiene 22 años, es guayaquileña y patinadora artística. Bastan unos minutos de charla para reconocer en ella un alma apasionada por lo que hace. Se expresa con total seguridad, como una buena géminis, según ella misma lo destaca.
El 2024 ha sido su mejor año deportivo y sus logros lo demuestran. Quedó campeona del Americas Cup, obtuvo el primer lugar en las World International Series y en los Juegos Panamericanos. Aunque en el último mundial, que se celebró en Italia, quedó novena por una lesión en la rodilla, concluyó la temporada en el primer puesto del ranking mundial de patinaje artístico 2024. Dice que todo esto la llena de orgullo, felicidad y satisfacción: “siento que todo lo que trabajé estos años de mi vida fue pagado.”
Lea también: Activista ecuatoriana recibió el premio Lovejoy que reconoce esfuerzos de conservación en la Amazonía
Su vida sobre la pista empezó desde muy temprana edad: tenía solo cuatro años cuando se calzó los patines. Su mamá soñó que fuera deportista así que la inscribió en un vacacional y, como si a esa edad uno pudiera tomar decisiones determinantes para la vida, Samia escogió la disciplina que marcaría su vida.
Por casi seis años entrenó patinaje y ballet por igual, pero al subir de categoría tuvo que escoger. “Creo que toda la vida me ha llevado a seguir este deporte, ya tengo 18 años de carrera y vida deportiva...es muchísimo, pero la verdad es que estoy muy feliz, he logrado mucho más de lo que yo podía pedir o de lo que algún día soñé, nunca pensé que iba a llegar a tanto.”
Confiesa que a pesar de que los logros han sido muchos, lo que más le trae alegría es reconocer sus capacidades, cumplir objetivos, darse cuenta de que es más capaz de lo que creía. “Gracias a Dios desde muy pequeña he podido sobresalir, ir a competencias internacionales y ganar mis primeras medallas, formar parte de la selección de Ecuador”, añade. Y algo que recuerda con humor es que por la edad que tenía no llegaba a dimensionar lo que significaba salir a representar a su país, “no tenía idea de qué tan grande era ganar una medalla Sudamericana, Panamericana, quedar en el top 10 en un Mundial a los 13 años, ir haciendo historia como nadie antes lo había hecho.”
Lea también: Los 5 beneficios del ‘journaling’: Cómo esta práctica puede transformar tu vida
Orgullosamente Samia
Cuando le pregunté sobre los mejores momentos que atesora como patinadora no tardó en citar dos: el primero fue en 2019, cuando quedó cuarta en el mundo en categoría junior. “Eso fue increíble, fue bien grande, nadie de Ecuador había logrado algo así en patinaje artístico”. Pero admite que lograrlo no fue fácil, tuvo que vivir tres meses fuertes de preparación en Italia con hasta cuatro entrenamientos al día. “Siento que todo ese esfuerzo valió la pena y en la pista se vio, quizás no tengo una medalla pero sí la satisfacción de haber hecho historia.”
Y el otro fue en 2023 cuando quedó octava en categoría senior, otro hecho sin precedentes en Ecuador y un gran récord personal, señala, “pues regresaba a las competencias después de un año por una apendicitis que me quitó la mayoría del año deportivo”. Este último lo recuerda con mucha emoción porque asegura que fue la motivación necesaria para este exitoso 2024.
“Espera un poco más”
Samia es muy joven y el área en la que ha destacado demanda mucha disciplina, eso lo ha aprendido muy bien, pero también fue adolecente y tuvo que lidiar con todo lo que eso conlleva. “Tuve muchos momentos en los que me quise retirar, veía que mis amigas después del colegio se iban a las casas a pasar toda la tarde juntas, hacían pijamadas, salían de fiesta los viernes porque no tenían entrenamiento los sábados, fue difícil, pero mi mamá siempre me decía ‘Samia espera un poco, te vas a dar cuenta que si te retiras cometerás el peor error de tu vida’, y dicho y hecho, permanecí un poco más de tiempo y gracias a Dios me quedé.”
Lea también: Carolina Aguirre: entre el arte, el periodismo y la maternidad
Con una actitud de reflexión cuenta que se perdió algunos momentos importantes en la vida de toda chica, por ejemplo en su último año de colegio no participó en las olimpiadas ni en las listas, pero aún así dice que sus amigas siguen siendo sus amigas hasta hoy. “Si lo pienso bien, a mis 16 y 17 años nadie vivió dos meses y medio fuera de su país sola, entrenó con los mejores del mundo, quedó en cuarto lugar a nivel mundial en su deporte, creo que realmente son cosas importantes que me han enseñado mucho a tan corta edad y lo agradezco.”
Vale la pena el sacrificio
Entre todas las lecciones que la vida deportiva le ha dejado, hay una cosa que resalta, los sacrificios. “Uno siempre tiene que sacrificar algo por otra cosa mejor o peor...Yo siento que sacrifiqué mucho de mi vida adolescente por alcanzar logros que hoy tengo, y si miro atrás no cambiaría ni una sola cosa, estoy muy feliz y de eso se trata, de siempre buscar qué es lo mejor para ti y qué es lo que realmente tú quieres.”
Desde su experiencia como deportista joven dice que durante los años de adolescencia es fácil desviarse, no tener la cabeza fría para tomar decisiones importantes, querer salir y tener la vida que tienen otros, ignorando las oportunidades que se presentan. “Creo que a mí me ha enseñado mucho sobre eso, sobre el sacrificio del tiempo, esfuerzo, energía física y mental, es sacrificar hoy para tener una recompensa mañana.”
Lea también: Cujirse los dedos: ¿es bueno para la salud? Esto dice la ciencia
La vida y el futuro fuera de la pista
Se define como una persona muy abierta, le gusta mucho salir a disfrutar con amigas, tener planes espontáneos, viajar, y todo eso no cuadraba con lo que siempre quiso estudiar, medicina. “La pregunta que me ayudó a escoger qué quería estudiar fue ‘¿Cómo me veo dentro de cinco años? ¿Me veo todavía estudiando, trabajando en un consultorio u operando tantas horas, en guardias en emergencia?’ Dije no, me gusta mucho lo que podría aprender ahí pero no me veo en eso. ‘¿Entonces cómo me veo?’ Me preguntaba. Y recordé que toda la vida me han encantado las cámaras, hablar en público, grabar videos, actuar, la interacción en redes sociales, y me di cuenta que me gustaría ser presentadora de televisión, es algo que me fascina, me gusta mucho aprender del lenguaje verbal, la neurolingüística...hay muchas cosas que solo yo sé cuánto me interesan y me gustan, por eso cuando ya decidí estudiar Comunicación me sentí segura.”
Y aunque la confianza en sí misma figura como una de sus virtudes, también hay cosas de las que se arrepiente un poco. Una de ellas es no haber escogido como primera carrera universitaria algo relacionado a su deporte, pues es una vida que conoce muy bien. “Pero no hay tiempo que perder”, dice, justo antes de empezar a hablar del futuro. ¿Porque a dónde más podría apuntar alguien que a corta edad ha conseguido tanto? La respuesta es sencilla: ayudar a otros.
“Tengo pensado hacer un masterado en Gestión Deportiva, ya vi la malla y debo admitir que no me encanta que haya mucha matemática, macroeconomía, microeconomía y contabilidad, pero el otro día me entró el bichito de algún día ser Ministra de Deporte porque conozco las necesidades de un deportista, cómo debe ser una preparación óptima, qué es lo que les hace falta, cómo viven, son cosas que las viví y las vivo de primera mano.”
Lea también: Hellen Quiñónez: la diva luchadora
Y antes de terminar la conversación había dos cosas que no podía dejar de preguntarle a “la chica de los patines”:
¿Qué le dirías a otras soñadoras jóvenes como tú?
Mi consejo es algo que a mí me cuesta todavía mucho poner en práctica y es que no se desesperen tratando de ver el panorama grande, con esto me refiero a que cuando uno tiene una meta o quiere cumplir algo, como poner su propio restaurante o abrir su propia compañía, siempre se ven como cosas enormes e inalcanzables, pero eso no significa que lo sean realmente.
Hay que pensar en la idea mayor como lo que nos gustaría hacer, pero lo que tenemos que hacer ahora es preguntarnos qué puedo hacer hoy y poner en práctica esas pequeñas ideas o pasos para llegar al gran objetivo. Con pasitos chiquitos se llegan a los pasos grandes, son las pequeñas cosas que cuando uno las empieza a hacer solo va para arriba, pero si uno no hace nada sí que se queda igual o peor. Nunca se queden con las ganas, armen su plan, vayan de a poquito que los errores nos hacen mejores, más fuerte, todos los momentos malos pasan y hay que aprender a ver el proceso desde lo positivo y disfrutarlo.
Lea también: Caminata consciente: ¿en qué te beneficia?
¿Cómo te volviste viral en Tik Tok?
La hermana de un exnovio dijo que me descargue la aplicación de Tik Tok porque me quería enviar videos, empecé a subir los míos hasta que surgió un ‘trend’ de caminar sin avanzar y dije “esto quedaría súper bien en patines”, me maquillé súper rápido, me puse ropa bonita y le dije a mi hermana que me grabe y lo subí, ese fue mi primer video viral. Mi contenido ha ido variando porque he querido crear una conexión mucho más grande con mis seguidores, que sepan cómo es el patinaje artístico, en qué se basa una competencia, quiénes salen a representar a Ecuador.