La adolescencia nunca ha sido fácil, pero Netflix nos recuerda que hoy es aún más difícil. Con solo cuatro episodios, ‘Adolescence’, la nueva miniserie británica, llegó con fuerza alcanzando el ranking de la plataforma con 24,3 millones de visualizaciones en sus primeros cuatro días.
La serie sigue la historia de Jamie Miller, un chico de 13 años interpretado por Owen Cooper, un actor sin experiencia previa, cuyo mundo se desmorona cuando es arrestado bajo sospecha de homicidio. El crimen: el brutal apuñalamiento de un compañero de clase. Sus padres, interpretados por Stephen Graham y Christine Tremarco, enfrentan la peor pesadilla de cualquier familia: la incertidumbre de no saber quién es realmente su hijo.
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Su estructura narrativa es más teatral que televisiva. En lugar de apoyarse en giros explosivos o grandes revelaciones, la serie construye su tensión en lo que no se dice, silencios incómodos y en los espacios en blanco de la historia.
Uno de los momentos más impactantes de la serie es un episodio centrado únicamente en una conversación entre Jamie y un psicólogo infantil. Sin persecuciones ni pruebas forenses, la tensión se genera a partir de la búsqueda por saber un “por qué”.
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Otro aspecto innovador es la forma en que el relato se despliega. En el episodio final, la ausencia de Jamie en pantalla muestra que la historia ya no le pertenece solo a él, sino a los padres que deben recoger los pedazos de lo que queda. A diferencia de otras producciones que buscan respuestas contundentes, aquí la angustia y el desconcierto son el verdadero desenlace.