El enfrentamiento legal entre Blake Lively y Justin Baldoni ha dado un nuevo giro con la presentación de una denuncia enmendada. La actriz sostiene que no fue la única en sufrir acoso durante el rodaje de Romper el círculo y ha incluido testimonios de otras mujeres que habrían vivido situaciones similares. Lively acusa a Baldoni y a su estudio, Wayfarer, de intentar dañar su reputación tras sus quejas de “acoso sexual repetido y otros comportamientos perturbadores” por parte de su compañero de reparto.
Aunque los nombres de las nuevas testigos no han sido revelados, Lively asegura que han autorizado el uso de sus comunicaciones y que están dispuestas a testificar. Sin embargo, temen ser blanco del mismo ciberacoso y amenazas que Lively y su esposo, Ryan Reynolds, dicen haber sufrido desde que el caso salió a la luz. Por su parte, Bryan Freedman, abogado de Baldoni, ha calificado la denuncia como “rumores insustanciales de personas anónimas” y sugiere que algunos testigos podrían retractarse.
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Más allá del conflicto legal, la controversia ha ensombrecido el éxito de Romper el círculo, una película de 25 millones de dólares que recaudó 351 millones en taquilla. Aunque su desempeño financiero ha sido sólido, la atención mediática se ha centrado en las acusaciones y la batalla entre Lively y Baldoni, dejando en segundo plano el impacto del filme.
El escándalo también ha alcanzado un tono satírico. Durante el especial por el 50 aniversario de Saturday Night Live, Ryan Reynolds bromeó sobre la situación cuando le preguntaron cómo estaba. “Bien, ¿por qué? ¿Qué has oído?”, respondió entre risas, un momento que no pasó desapercibido para los abogados de Baldoni, quienes insisten en la falta de pruebas reales.
Mientras el caso avanza, la disputa sigue dividiendo opiniones en Hollywood. La clave ahora estará en los testimonios y documentos que se presenten en el juicio, determinando si las acusaciones de Lively revelan un patrón de abuso en el set o si, como argumenta la defensa de Baldoni, carecen de sustento.