Previo a que “Emilia Pérez” llegara a las salas de cine, la polémica ya era parte de las redes sociales. Semanas atrás, el actor Eugenio Derbez encendió la conversación en torno al filme, luego de criticar el acento de Selena Gomez y la falta de actores mexicanos en el elenco. Sin embargo, tras su estreno, las críticas pasaron de los rumores a la experiencia real.
Uno de los puntos más discutidos ha sido el retrato que hace la película de los temas más sensibles para los mexicanos, como el narcotráfico y las desapariciones forzadas. En un país donde, según cifras oficiales, hay más de 100,000 desaparecidos relacionados con este hecho, el público busca que estos temas sean abordados con respeto. Sin embargo, para críticos como Alonso Díaz de la Vega, las decisiones narrativas y estilísticas solo profundizan la desconexión con el público mexicano.
Uno de los puntos más señalados es el acento de Selena Gomez, que fue descrito como “insultante” y una muestra de que el proyecto no buscó una representación auténtica. Jorge Volpi, escritor y crítico mexicano, reforzó esta opinión al calificar la redención de la protagonista como "falsa e irrespetuosa", tanto para el espectador como para las víctimas reales de las tragedias que la película intenta abordar.
Mientras que en festivales internacionales “Emilia Pérez” es celebrada como una obra audaz y creativa, dentro de México se percibe como un intento fallido de narrar una realidad experimentada por miles de ciudadanos, que sufren las consecuencias de la violencia por el narcotráfico.
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El debate alrededor de “Emilia Pérez” no se limita a críticas de redes sociales o artículos de opinión. Ha generado conversaciones en foros académicos y mesas de análisis, donde se cuestiona cómo el cine internacional expone las realidades de los países latinoamericanos.