Trastornos de la Conducta Alimentaria
Cómo afectan nuestra vida y la de nuestros hijos, conozcamos un poco más sobre la forma de reconocerlos, prevenirlos y tratarlos con la guía de tres expertas.
Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) están relacionados con la autopercepción y la distorsión de la imagen corporal. Tres mujeres profesionales preocupadas por la incidencia y proliferación de casos de TCA en la población juvenil se han unido para ayudarnos con su experiencia en el campo. Cynthia Cevallos, es psicóloga y psicoterapeuta humanista; Caridad Ponce es nutrióloga con especialidad en conducta alimentaria y María Fernanda del Pozo es médico general, especialista en salud ocupacional y en prevención.
Describen a los trastornos alimenticios como condiciones médicas con una base significativa en factores mentales y psicológicos. Estos se caracterizan por patrones anormales de comportamiento alimentario y una preocupación extrema por el peso corporal y la forma. Algunos ejemplos incluyen la anorexia nerviosa, la bulimia y el atracón. María Fernanda explica que estas alteraciones pueden tener consecuencias graves para la salud física como son la osteoporosis, problemas cardíacos, gastrointestinales, debilidad extrema y anemia, para mencionar algunas.
Desde el ángulo psicológico, Cynthia cita algunos factores que contribuyen a los trastornos alimentarios: insatisfacción con la imagen corporal, presión social y cultural, estrés y ansiedad baja autoestima y una tendencia hacia el perfeccionismo. “Los trastornos alimentarios son complejos y multifacéticos y los factores mentales desempeñan un papel importante en su desarrollo”, explica. Mientras que Caridad nos alerta sobre el problema de la falta de nutrición adecuada en estos casos, “Estos trastornos pueden incluir diferentes combinaciones de rituales y conductas alteradas con relación a la comida y el cuerpo impulsados desde una obsesión distorsionada de la imagen corporal. Pueden presentarse en diferentes niveles de delgadez extrema y desnutrición, sobrepeso o un peso corporal “normal”. El exceso de actividad física es uno de los síntomas compensatorios que se pueden presentar junto al abuso de dietas, ayunos extremos, diuréticos, laxantes, abuso de fármacos, etc”.
Estos trastornos, según investigadores científicos, afectan a diversas poblaciones, sin embargo, son más comunes entre adolescentes y adultos jóvenes, es de notar que en las mujeres tiene una mayor prevalencia en comparación con los hombres. María Fernanda coincide y explica que desde el punto de vista médico “Representan la tercera enfermedad crónica más común entre las jóvenes llegando a una incidencia del 5%”.
Influencia de redes sociales
Las tres profesionales coinciden en que los medios de comunicación y en concreto las redes sociales pueden favorecer que dichos factores se vean reforzados a través de la difusión de imágenes y comentarios impregnados de un ideal de belleza basado en la delgadez. Cynthia en su consulta trata a adolescentes y adultos jóvenes que sufren esta dolencia, “La imagen corporal se está viendo distorsionada bajo los parámetros de estándares de belleza predefinidos y establecidos por figura públicas llamadas influencers, cuyo único fin es el de esculpir un cuerpo con propósitos de proyectar figuras atractivas, hipersexualizando el sentido de sus vidas”. Caridad se hace eco explicando que las redes sociales son “Uno de los factores detonantes y perpetuantes de los trastornos. El bombardeo constante de las redes con imágenes de cuerpos atléticos afecta la autoestima de mujeres y hombres que se desvalorizan a sí mismos por no cumplir con ciertas características físicas que la gran mayoría de la población mundial no alcanza...”.
Señales de alerta
Cambios drásticos en el peso corporalPreocupación extrema por la comida y el pesoCambios en los hábitos alimenticiosCambios en la apariencia físicaCambios emocionalesEjercicio excesivoNegación de la gravedad del peso corporal
Es fundamental estar atentos a estos signos y buscar ayuda profesional de inmediato.
Prevención y tratamiento
Las profesionales resaltan el valor de la educación e inclusión de programas de información preventiva comunitaria en escuelas, colegios, gimnasios, centros culturales, etc,. Para ellas, es imprescindible facilitar comprensión y ayuda lo antes posible cuando aparecen señales de alerta para de esa forma lograr un diagnóstico y tratamiento tempranos. En lo posible, limitar el uso excesivo de redes sociales.
El tratamiento de TCA debe ser multidisciplinario debido a su origen psicológico, complicaciones médicas y nutricionales. Los objetivos del tratamiento son:
-Estabilizar el estado nutricional y médico.
-Establecer una alimentación saludable, suprimiendo conductas de atracones y purgas.
-Crear una rutina saludable de actividad física y mejorar el estado psicológico y de reconocimiento emocional.
-Desarrollar un restablecimiento de la autoestima adoptando una imagen corporal positiva y realista.