¿Tecnología? ¡Después de los 2 años!

Así de contundente lo afirma la comunidad científica y la razón principal es que los pequeños deben primero consolidar su inteligencia práctica, vínculos afectivos y relaciones sociales a través de estímulos reales y no virtuales.

20 julio 2023 - Bienestar

Durante los dos primeros años de vida el niño alcanza un impresionante desarrollo que va desde las actividades reflejas hasta la consolidación de su inteligencia práctica, a través de claros estímulos, para lo cual debe estar en contacto tanto con adultos y otros niños que jueguen e intercambien con él, enriqueciendo sus experiencias y ayudándolo a organizarlas e incorporarlas en la fundamental etapa evolutiva que están viviendo.

Hay una clara tendencia por parte de los padres, a utilizar las pantallas como un recurso para distraer a los niños, sin considerar las consecuencias que este recurso puede traerles. Para profundizar en este tema entrevistamos a María Cecilia Armijos, profesional en Desarrollo Infantil, Master en atención y detección temprana, con quien abordamos varios aspectos, que te presentaremos a continuación.

$!Foto: Pexels.

Primero establecer la comunicación

Cuando hablamos de niños pequeños, una de las cosas fundamentales de establecer, desde el momento mismo que nace, es la comunicación y en este sentido, la especialista explica: “A través de las interacciones entre la mamá y el bebé, el pequeño va logrando descubrirse, reconocerse, comunicarse y finalmente acceder al lenguaje verbal, siendo este una consecuencia de la comunicación. Para que el niño empiece a hablar, debe haber sentado esas bases de la comunicación que se arraiga en la mirada que tienes con el otro, esa mirada sostenida, la intención comunicativa, los gestos que comunican algo, como indicar con un dedo índice, aunque no esté hablando aún, que algo le llama la atención y que eso le gusto o lo asusta, por ejemplo”.

Hace la reflexión sobre cómo en los adultos, que ya tienen la comunicación instaurada, la tecnología los desconecta muchas veces del lugar o de la persona con la que están, pues las redes sociales o la mensajería instantánea envuelven y hacen colapsar la comunicación. “Si eso sucede con adultos, imagínense cuál puede ser el efecto en un bebé que está recién empezando con el desarrollo de la comunicación”, confirma.

Las pantallas

Al estar el bebé o el niño frente a una pantalla ve diversos personajes reales o animados, que bailan, cantan, hacen un show, cuentan una historia. Esos estímulos le provocan emociones y reacciones que no tiene con quien triangular lo sentido, restándose valiosas y a veces irrepetibles interacciones de doble vía: “Se corta el ir y venir, comunicar y responder, interactuar y mirar y mirar de vuelta, sonreír y sonreír de vuelta... eso se está perdiendo porque la pantalla no les devuelve eso. Tenemos hoy en día muchas alertas y dificultades en función a la comunicación”, afirma la entrevistada.

Y yendo más allá, así los padres controlan el uso de pantallas en su hijos, pero no tienen control sobre ellos mismos, no será el niño quien esté distraído y en otro mundo, serán los padres. El abuso de tecnología en adultos afecta la calidad de tiempo compartido con los hijos.

$!Foto: Pexels.

Hasta los 2 años nada. ¿Y después?

María Cecila nos indica que los estudios científicos, la Asociación Americana de Pediatría y otras entidades de peso en función al desarrollo infantil, recomiendan que los niños menores de 2 años no tengan ningún tipo de acceso a las pantallas: “No lo necesitan, están en una etapa de establecer otras situaciones de desarrollo que son claves para el buen funcionamiento del cerebro y el desarrollo emocional y social del niño, así sea un video inofensivo, para el desarrollo cerebral a esa edad, sí tienen un impacto negativo”.

Y en pocas palabras y de manera clara asevera que en los niños entre los 2 y 5 años se puede dosificar un tiempo máximo de 1 hora de pantalla diaria, nada más.

Consecuencias por exceso de pantallas

- Problemas de salud: Lleva a un estilo de vida sedentario, que aumenta el riesgo de obesidad y problemas de salud como diabetes tipo 2, problemas de visión, entre ellos, fatiga visual.

- Retraso en el desarrollo cognitivo y del lenguaje: Se produce al limitarse las oportunidades de interacción verbal y exploración activa del entorno.

- Problemas de sueño: La luz azul emitida por las pantallas puede suprimir la producción de melatonina, una hormona que ayuda a regular el ciclo de sueño y vigilia, lo que puede dificultar el dormir o la calidad del sueño.

- Problemas de desarrollo social y emocional: Dificultades para tener empatía y comprensión emocional.

- Poca tolerancia: La pantalla tiene un componente de inmediatez que genera frustración inmediata en los niños, que se acostumbran a tener miles de alternativas, sin cortes, al instante y de forma consecutiva.

- Falta de creatividad: Debido a estar en una posición pasiva frente a la pantalla, sin tener la debida experiencia que da la lectura y el juego normal en la vida infantil.

$!Foto: Pexels.

A su tiempo y con moderación

Es verdad que vivimos en un mundo tecnológico pero los padres tienen la responsabilidad de no introducir a sus hijos menores de 2 años en ese mundo y, pasada esa edad, hacerlo de manera gradual y controlada en tiempo y programación: “Para entrar al mundo online, los niños deben haber estado primero en el mundo offline”, comentó María Cecilia, permitir a los pequeños estar en el mundo real , en el cual pueden tocar, sentir, oler, y compartir sus experiencias.

Compártenos
1