Niño fue al refugio de animales, y adoptó al perro más anciano del lugar

27 septiembre 2021 - Bienestar

Pese a las campañas de adopción que realizan las organizaciones a favor de los derechos de los animales, la respuesta del público no siempre es la deseada. Sin embargo, quienes llevan a su hogar a una mascota que fue abandonada a su suerte, tiene la oportunidad de disfrutar de un amor incondicional.

Ese fue el caso de un pequeño quien, en compañía de su madre, decidió adoptar al perro más anciano de un albergue, con el objetivo de brindarle el cariño que el animal no pudo conseguir durante toda su vida.

Shey, un poodle miniatura de 14 años, fue entregado al Animal Rescue League de Lowa, en Estados Unidos, por su propia familia, quien alegó que no podía cuidarlo más porque debían mudarse de ciudad y no tenían espacio suficiente.

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Lamentando la situación, el perrito fue acogido por los rescatistas, quienes observaron que el peludo se encontraba enfermo, sordo, con problemas visuales, y en su hocico solo quedaba un diente.

El estado de salud del animal ocasionó que los visitantes no deseen adoptarlo. Afortunadamente, luego de cuatro meses viviendo en el lugar, un menor llamado Tristan, le brindó un hogar permanente.

El refugió explicó a Tristán y a su madre todas las limitaciones que poseía Shey, los cuidados médicos y la atención que debía recibir por su estado y edad, el menor escuchó y anotó todas las indicaciones que debía seguir para el cuidado del perro, y se lo llevó para darle todo lo que necesitaba.

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Shey y Tristan crearon una amistad inquebrantable, y solían visitar a los rescatistas que cuidaron del animal antes de encontrar una familia para llevar donaciones a otros animales. Lamentablemente, Shey murió a los pocos meses de ser adoptado.

"Lamentamos decir que Shey falleció recientemente. La pérdida de su amigo golpeó duramente a Tristan, pero se alegró de poder darle tanto amor en sus últimos meses", mencionó la madre del menor.

Sin embargo, Tristan volvió al refugio y adoptó a un perro llamado Gus, quien al igual que Shey, se encuentra en edad avanzada y con problemas de salud. Ambos visitan el lugar frecuentemente, y llevan donaciones para otras mascotas que aún no han encontrado un hogar permanente.

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