El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó sobre el bajo número de niños que reciben lactancia materna en el país. Debido a esto, la organización menciona que solo el 46% de los niños menores de seis meses recibe exclusivamente leche materna.
La leche materna es una fuente única de nutrientes y anticuerpos que juega un papel primordial en el desarrollo neurológico del niño. Su riqueza en ácidos grasos esenciales, vitaminas y minerales favorece el desarrollo cerebral y la estructura neurológica del infante.
Además, aporta factores de crecimiento y proteínas específicas que promueven el desarrollo cognitivo y la maduración del sistema nervioso central.
Sin embargo, la ausencia de esta práctica durante los primeros seis meses puede tener consecuencias negativas significativas:
1. Retrasos en el desarrollo motor: los niños que no reciben lactancia materna pueden presentar retrasos en sus habilidades motoras. Las habilidades motoras finas implican movimientos precisos con manos y dedos, como agarrar objetos pequeños. Mientras, que las habilidades motoras gruesas involucran movimientos amplios, como gatear y caminar.
2. Retrasos en el desarrollo del lenguaje: la falta de lactancia materna está asociada con dificultades en el desarrollo del lenguaje y habilidades comunicativas.
3. Mayor susceptibilidad a trastornos gastrointestinales: la leche materna contiene anticuerpos y factores inmunológicos que protegen el sistema digestivo del bebé, sin ella se corre un mayor riesgo de desarrollar problemas como diarrea y cólicos, debido a una menor defensa contra infecciones y una flora intestinal menos saludable.
4. Mayor riesgo de obesidad infantil: existe una mayor probabilidad de desarrollar obesidad infantil debido a una regulación menos eficiente del apetito.
5. Trastornos metabólicos en etapas posteriores: se pueden desencadenar enfermedades como la diabetes tipo 2 en la infancia y la adultez. Esto se debe a que la lactancia materna ayuda a regular el metabolismo del bebé y a establecer una base saludable para la regulación del azúcar en sangre y la grasa corporal.
Según la Dirección Médica de Laboratorios Bagó, los componentes de la leche maternas ayudan a proteger al bebé contra infecciones y enfermedades, lo que, a su vez, permite un desarrollo más saludable y una mayor capacidad de aprendizaje y adaptación.
Por ello, es fundamental que los padres aseguren una lactancia materna exclusiva y adecuada, ya que esta contribuye significativamente al desarrollo neurológico y al bienestar general del bebé.
Si no es posible ofrecer lactancia materna, se deben utilizar suplementos nutricionales diseñados para cubrir las necesidades del bebé y asegurar una alimentación balanceada.