Bienestar

Covid-19 vs. el corazón

jueves, 22 octubre 2020 - 07:25
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En estos meses de pandemia, los efectos del virus SARS-CoV-2 sobre nuestros
pulmones son bien conocidos, sin embargo, a medida que la emergencia sanitaria ha
ido avanzando, nuevos estudios nos han demostrado que nuestro sistema respiratorio
no es el único -o el más- afectado. Los análisis y las investigaciones nos han podido
revelar que nuestro corazón y nuestro sistema circulatorio también se encuentran en la
línea de fuego.
 
Un estudio recientemente publicado en la revista Journal of the American Medical
Association Cardiology indica que la afectación cardíaca es más frecuente de lo que
creíamos. En esa investigación realizada con resonancia magnética (RM) en 100
adultos jóvenes de ambos sexos y edad media de 49 años, todos con Covid-19, se
descubrió que 78 tenían algún tipo de afectación cardíaca y, de ellos, 60 tenían
diversos grados de miocarditis. Las dudas sobre este tema saltan a simple vista, es
nos ayuda a comprender mejor cómo esta enfermedad puede atacar a nuestro
corazón.
 
MÁS ALLÁ DE LOS PULMONES
Santos nos explica que el mecanismo más común por el cual el virus SARS-CoV-2
afecta al corazón es por una lesión infecciosa directa. Se trata de un proceso
inflamatorio que afecta al músculo cardíaco o miocardio: “A esta inflamación le
llamamos miocarditis y provoca una disminución de la capacidad del corazón para
contraerse y relajarse adecuadamente y de esa manera poder cumplir con su función
de bombear la sangre a todo el organismo”.
 
En el curso de la miocarditis, el paciente también puede sufrir arritmias cardíacas
complejas que pueden llegar a ser peligrosas y difíciles de tratar. El experto señala
que es preciso distinguir entre esa simple taquicardia sinusal, que suele provocar
cualquier infección aguda -como el estrés de padecerla o incluso solo de creer que se
la padece- y las taquiarritmias graves que pueden ocurrir en pacientes con miocarditis
o por el uso inadecuado y sin supervisión médica de ciertos medicamentos, “algunos
de los cuales se han estado usando en el tratamiento de esta enfermedad”, apunta.
 
AFECTACIONES CARDIACAS
La miocarditis no es la única forma en la que la Covid-19 puede afectar al corazón, el
especialista comenta que también pueden inflamarse los pequeños vasos capilares
que nutren al propio corazón o taparse súbitamente las arterias coronarias, por
trombos que se formen en su interior o que viajen hasta allí, pues la enfermedad
puede causar un estado de incremento anormal en la coagulabilidad de la sangre, es
decir, “deja de llegar suficiente sangre oxigenada al miocardio, algo que llamamos
isquemia miocárdica. Si esta isquemia es importante y mantenida, puede incluso llegar
a ocurrir un infarto agudo del miocardio, más popularmente conocido como ‘infarto
cardíaco’, haciendo que empeore aún más la capacidad contráctil del corazón”.
 
En algunos pacientes también puede aparecer una pericarditis que consiste en “la
inflamación del pericardio; que es una especie de bolsa húmeda que recubre al
corazón y le sirve de sistema de lubricación para evitar que al contraerse y relajarse
genere fricción con los órganos colindantes”, menciona Santos.
 
FORZANDO AL CORAZÓN
Todas las infecciones graves por virus, bacterias u otros gérmenes pueden provocar
en mayor o menor medida una sobrecarga para el funcionamiento cardíaco, según el
doctor. Esto se debe al incremento de las necesidades metabólicas del organismo, es
decir, que los tejidos requieren mayor cantidad de nutrientes y oxígeno para poder
combatir la infección y eso fuerza al corazón a trabajar de forma más intensa y rápida.
 
Es por eso que, en estos casos, las personas que tienen una enfermedad
cardiovascular preexistente como, por ejemplo, un problema coronario o uno valvular,
o si se encuentran en un estado de “insuficiencia cardíaca” tienen mayor riesgo de
sufrir complicaciones y tener peor evolución.
 
CUIDA TU SALUD CARDIOVASCULAR
El cardiólogo indica que, en el mundo, la causa más frecuente de problemas del
corazón es la hipertensión arterial. Para evitar esto y conservar un corazón sano y
fuerte, recomienda mantener bajo control y supervisión la presión arterial.
Paralelamente hacerse controles periódicos de los niveles de la glucosa (azúcar) en la
sangre y de los lípidos o grasas (colesterol y triglicéridos), así como llevar una vida
saludable que incluye mantener un buen peso corporal y una dieta equilibrada, hacer
ejercicio físico frecuentemente, evitar el consumo de cigarrillos y el exceso de alcohol,
“un corazón así ‘protegido’ estará en mejor situación para hacer frente a cualquier
enfermedad o virus”, puntualiza.

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