En Quito “El Sergio” es un personaje musical. Compuso verdaderos himnos que ya son parte del patrimonio. En la calle, la gente se le acerca con cariño porque el hombre destila buenas energías encapsuladas en canciones que hacen parte de sus vidas. Sus ojos claros y su barba negra son tan reconocibles como sus camisas de jean oscuras. Sergio fue militar y líder del mayor grupo de rock del Ecuador. Hoy, el esposo de Eleonora y papá de Valentina, es un cantautor perfeccionista que apunta al arreglo minucioso, la melodía pegadiza y los temas de la soledad, que atribuye al haber sido migrante desde niño. “Para mí, la música es el mejor mecanismo para viajar y para volver”, sentencia.
Durante la pandemia Sergio se transformó en un alquimista. En 2019 su disco “Uno vuelve” estaba casi listo pero no le gustaba del todo. El encierro le dio alas creativas y pudo revisitar las 14 canciones de Cruks en Karnak alternando guitarra, piano y voz, otras con pop fusión, música afrolatina o cumbia. “Siento que tenía una deuda con esas canciones”, dijo quien siempre fue exigente y autocrítico con su trabajo. “Aprendí eso de mi madre, la amo pero es súper crítica. Para mí la crítica es una forma de expresar amor y de interactuar con la gente”, acota el cantautor.
¿Cuál es la canción que más le costó adaptar? “Sin duda ‘Creo en ti’. Es la primera canción que le escribí a mi esposa. Tenía un valor muy sentimental, pero no me gustaba el arreglo muy oscuro y denso. Era rockero y huía de la dulzura”, acota Sergio cuyas versiones actualizadas de ‘Rubia falsa’ y ‘El bebé volador’ son sus preferidas. Mientras conversamos se acerca a nuestra mesa una adolescente de unos 18 años para pedirle un autógrafo a Sergio. Me pongo a pensar que ella recién nacía cuando se separaban los Cruks...
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El 15 de septiembre Sergio dio un concierto muy especial en el Teatro San Gabriel. Era su regreso a los escenarios después de la pandemia. Cuatro años que esperaba lanzar su disco “Uno vuelve” y lo hizo con una felicidad tan contagiosa como liberadora. “Uno juega de local. No puedo creer que estoy acá”, dijo después de interpretar ‘Control’ con toques de blues, ‘Haciéndose aire’ con algo de jazz y ‘Uno vuelve’ dejando que el público la cante a todo pulmón. Entre las canciones contó su intento de vivir el sueño americano, su regreso a Quito a la casa de sus padres componiendo ‘Al borde’ y sus colaboraciones con Pamela Cortés, Tercer Mundo y Las Lolas.
Mientras el público enloquecía con ‘Como camina’, ‘Ándate a Cancún’ y ‘El aguajal’, una mujer estaba de espaldas en el escenario. No gritaba tampoco bailaba, solo disfrutaba ver a su marido suelto y feliz. Eleonora sabe quién es el hombre que la enamoró y últimamente se propuso guiarlo hacia su esencia como artista. La mánager de corazón sabe que Sergio fue rockero por accidente y que el hombre de su vida tiene más corazón que coraje. De hecho la canción que más disfruta Sergio es ‘La fe’: un vals de piano y voz que siempre genera una comunión con el público en los conciertos.
La fe es quizás el sentimiento que Sergio asume como un antes y un después en su vida: “Cuando grabamos el último Cd de los Cruks, ‘13 gracias’, mi hija estaba recién nacida y de repente sentí la necesidad de salir de mi zona de confort. Ella me hizo mejor persona y creó la necesidad de comportarme como un artista de verdad, hacer valer mi trabajo. Ahora mi música es como la empresa de la familia y sé que mis canciones es el legado que dejaré a mi hija”, acota el papá de Valentina que estudia Odontología en México.
Termina la entrevista, Sergio regresa a su casa donde su estudio sigue siendo el lugar donde la magia opera. Hoy se siente protegido por la tecnología y le gusta escuchar su voz. Aprendió que cantar en TikTok le acerca a su audiencia y que la autenticidad siempre es el camino. “Es importante tener un estilo propio y al mismo tiempo homenajear a la gente que admiras”, cuenta el showman que canta ‘Gringa loca’ del viejo Napo en sus shows y recuerda cuando Tadashi Maeda le hizo descubrir el pasillo.
Sobre la música urbana, que hoy domina el mercado y en la que han incursionado varios artistas de otros género, Sacoto considera que "no es una pieza artística de gran valía más bien un producto de consumo masivo inmediato".
“Hoy escucho mucho Rocío Dúrcal y Raphael”, añade. Definitivamente el próximo disco de Sergio Sacoto será una obra maestra.