Nació en Esmeraldas en medio de un entorno machista, pero ocultar su homosexualidad nunca fue una opción y a los 16 años puso el tema sobre la mesa de su familia. De hecho, en esa época ser gay en Ecuador era un tabú e incluso un delito que se castigaba con cárcel.
“Para la familia fue difícil, sobre todo, para mis tíos con quienes tuve más percances sobre este tema. Tenían el estereotipo de que una persona homosexual era muy femenina y yo no encajaba en esas características”, recordó Antonio en entrevista con Vistazo.
La sorpresa fue mayor cuando les confesó que quería ser estilista. Lejos de amedrentarse, decidió tomar las riendas de su vida y se radicó en Quito, donde empezó a trabajar en un bar. Al mismo tiempo, seguía estudiando contabilidad en un colegio de la capital, aunque esta profesión nunca la ejerció.
Luego, aprendió empíricamente peluquería, pero deseaba expandir sus conocimientos y visión del mundo, así que en 1997 viajó a Bogotá (Colombia), donde trabajó como ayudante en un salón de belleza.
En julio de aquel año, Antonio conoció en una discoteca a Pekka Haavisto, un político finlandés, que había llegado al país cafetero porque estaba encantado con el libro ‘Cien años de soledad’ de Gabriel García Marquez.
En esa ocasión hablaron muy poco, pero continuaron comunicándose por teléfono o cartas en inglés. “Regresé a Ecuador y cinco meses después Pekka quiso visitarme, fue la primera vez que tuvimos tiempo para conversar. Él también viajó a Esmeraldas y conoció a mi familia, lo recibieron muy bien”.
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En mayo de 1998, Antonio viajó a Finlandia por invitación de Pekka. La idea era quedarse tres meses, pero terminó siendo una vida entera. El ecuatoriano lleva radicado en ese país nórdico casi 23 años.
“Yo lo había conocido en camiseta y jeans, tipo mochilero, nunca pensé que era político. Llegué a enterarme cuando ya estaba aquí, por casualidad, porque lo vi en la televisión. En esa época era ministro de Ambiente”.
Así el ecuatoriano inició una nueva vida en Finlandia, más libre y sin prejuicios. “Cuando llegué fue la primera vez que vi a dos chicos o chicas agarrados de la mano en la calle, en cambio, en Ecuador si eras diferente o muy femenino te podían gritar e insultar”.
Tras obtener la visa estudiantil, Antonio siguió preparándose y logró cumplir todos los sueños que añoraba desde niño. Estudió diseño gráfico, diseño de modas en la Escuela de Diseño de Helsinki y en Londres obtuvo el título de auxiliar de vuelo.
Además, continúo ejerciendo como maquillador y estilista freelance. En Alemania, por ejemplo, trabajó para una serie de Paramount+.
Mientras tanto la relación con Pekka Haavisto ya se había consolidado. En el 2002 registraron su unión civil. Juntos vivieron en Suiza y Bélgica, debido a los cargos de representación internacional del político finlandés.
En el 2011, la pareja regresó a Finlandia y en el 2012, Haavisto participó en sus primeras elecciones presidenciales por el partido verde. A partir de ese momento, Antonio se convirtió en un personaje público.
“Mi esposo fue el primer candidato presidencial abiertamente gay con una pareja extranjera. Para la gente era algo nuevo y querían saber quién soy, pero esa candidatura también abrió las puertas para que otros políticos hablaran abiertamente sobre su sexualidad”.
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A finales del 2012, Antonio concursó en el programa de televisión ‘Bailando con las estrellas’ y consiguió el segundo puesto de la competencia. Después, participó en otros programas locales y realities shows como ‘Soy una celebridad... ¡Déjame salir!’, grabado en Argentina.
“En ese tiempo no había tantas personas como yo en la televisión, entonces era muy fácil reconocerme. Hice muchos programas, pero luego paré porque mis amigos me decían que mi cara estaba en todas las partes”, dice entre risas el ecuatoriano, quien también ha colaborado con organizaciones benéficas.
Con Unicef, viajó dos semanas a Mauritania, un país del noreste de África y considerado uno de los más pobres del mundo, para conocer la escasez extrema que viven sus pobladores y ayudar a los niños para que continúen estudiando.
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El domingo 11 de febrero del 2024, se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Finlandia, pero el esposo del ecuatoriano no logró los votos suficientes.
De hecho, en la entrevista con Vistazo, Antonio comentó que “una parte de la sociedad finlandesa todavía piensa que tener una pareja homosexual representando a su país no estaría bien”.
Pese a vivir en una nación muy distante, el compatriota está pendiente de lo que sucede en Ecuador y expresa su preocupación por el avance de la delincuencia.
“Espero que el presidente actual (Daniel Noboa) haga algo en el poco tiempo que estará en el poder. Pienso que tiene una visión diferente del Ecuador y puede cambiarlo, pero también creo que hay que trabajar en la sociedad ecuatoriana y eso puede tomar generaciones”.
No obstante, Antonio cree firmemente que cada persona puede ser agente de cambio cumpliendo sus sueños, aunque parezcan imposibles.
“Siempre he dicho que es bueno ser uno mismo. También hay que estudiar y si en algún momento, tenemos la oportunidad de viajar, conocer otras culturas, aprender otros idiomas, no lo piensen dos veces y simplemente háganlo”.