RECYNTER: transformando residuos metálicos en recursos sostenibles
Recynter del Grupo Mario Bravo se dedica al reciclaje de metales ferrosos y no ferrosos, desempeñando un papel crucial en la economía circular y la protección del entorno natural.
El metal está presente en casi todas las actividades humanas. De los 106 elementos conocidos por el hombre, 84 son metales. Imagina que todos esos metales que diariamente desechamos (chatarra, baterías, aluminio, cobre, etc.) terminaran en ríos y mares, o contaminando el suelo. Para que tengas una idea, un solo tubo de luz fluorescente puede contaminar 16.000 litros de agua; una batería de níquel-cadmio de las empleadas en telefonía móvil, 50.000 litros de agua; mientras que un televisor puede contaminar hasta 80.000 litros de agua, según una investigación de la revista National Geographic.
La actual realidad de consumo masivo se ha vuelto insostenible y el cambio climático lo comprueba. De acuerdo con Naciones Unidas, cada año se generan en el mundo aproximadamente 50 millones de desechos electrónicos (ordenadores, computadoras, tablets, etc.), de los cuales la mayoría no pasan por un sistema de reciclaje. En Ecuador, empresas como RECYNTER cumplen una labor fundamental en la mitigación de este tipo de contaminación ambiental.
La empresa perteneciente al Grupo Mario Bravo -que cuenta con otras empresas de reciclaje de plásticos- se dedica al reciclaje de metales ferrosos y no ferrosos, desempeñando un papel crucial en la economía circular y la protección del entorno natural.
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En 2023, lograron reciclar aproximadamente 6,8 millones de kilos de desechos, de los cuales 1,6 millones de kilos son metales no ferrosos que, de no ser gestionados adecuadamente, terminarían contaminando ríos y quebradas. Además de reducir la huella contaminante de estos materiales, reciclarlos evita la explotación de más recursos naturales, volviendo poco a poco más sostenible a la manchada industria metalúrgica.
Por ejemplo, reciclar chatarra puede reducir hasta un 70% la contaminación del agua, aire y los desechos de la minería. El reciclaje de aluminio puede disminuir la contaminación por metal en un asombroso 95%. Reciclar una lata de refresco ahorra la energía necesaria para mantener un televisor encendido durante 3 horas.
Una de las principales ventajas del material férrico es su capacidad de ser reciclado de manera ilimitada, ya que puede ser fundido y reprocesado repetidamente para generar nuevos metales, demostrando así su valor en la economía circular y en la protección del medio ambiente.
PROCESO DE RECICLAJE DE METALES
El proceso de reciclaje en RECYNTER comienza con la recolección de residuos metálicos provenientes de diversas fuentes, incluyendo industrias, comercios y hogares. Una vez recolectados, los materiales son transportados a las instalaciones de la empresa, donde son clasificados y separados según su tipo y calidad.
Los metales ferrosos, como el hierro y el acero, son separados magnéticamente de los no ferrosos, como el aluminio y el cobre. Posteriormente, estos materiales son sometidos a procesos de limpieza y trituración, preparándolos para ser fundidos y convertidos en nuevos productos metálicos. Este ciclo de reciclaje no solo reduce la necesidad de extraer nuevos recursos naturales, sino que también disminuye el consumo de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas con la producción de metales vírgenes.
“RECYNTER ha implementado procesos innovadores que no solo minimizan el impacto ambiental de los residuos metálicos, sino que también crean valor a partir de lo que muchos considerarían basura,” destaca la abogada Telma Flores De Valgas, directora de Asuntos Corporativos del Grupo Mario Bravo.
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IMPACTO AMBIENTAL Y SOCIAL
El impacto positivo de esta recicladora va más allá de la simple gestión de residuos. Al evitar que los metales terminen en vertederos o cuerpos de agua, la empresa contribuye significativamente a la reducción de la contaminación ambiental. Esto, a su vez, protege la biodiversidad local y mejora la calidad de vida de las comunidades cercanas.
“Cada tonelada de metal reciclado representa una tonelada menos de contaminación potencial en nuestros ecosistemas,” destaca Flores de Valgas. “Nuestro objetivo es crear un Ecuador más limpio y sostenible, donde los residuos sean vistos como recursos valiosos y no como desechos inútiles.”
Además, generan 25.000 plazas de empleo indirecto con recicladores y fomenta una cultura de reciclaje en la sociedad ecuatoriana. A través de campañas de concienciación y programas educativos, la empresa promueve prácticas responsables de gestión de residuos entre ciudadanos y empresas, impulsando un cambio cultural hacia la sostenibilidad.
En este Día Mundial del Reciclaje, RECYNTER del Grupo Mario Bravo nos recuerda la importancia de gestionar adecuadamente nuestros residuos y aprovecharlos como recursos valiosos.
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