Uno de cada cinco niños menores de dos años tiene Desnutrición Crónica Infantil en Ecuador. La encuesta publicada hoy por el INEC muestra la nueva fotografía de la desnutrición en el país.
En el 2018 Ecuador fue noticia mundial por ser el segundo país en América Latina con la tasa más alta de Desnutrición Crónica Infantil (DCI), después de Guatemala.
Tras un año de investigación, hoy el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC) publicó los resultados oficiales de la primera Encuesta Nacional sobre Desnutrición Crónica Infantil (ENDI).
¿Los resultados? Un 20,1% de niños menores de dos años tienen DCI en Ecuador, es decir que uno de cada cinco niños de esa edad tienen este trastorno que limita sus condiciones y que limitará su desarrollo a futuro.
Y, al contrario de lo que se creía, la desnutrición no mide clases sociales. Por ejemplo, en el 20 % de los hogares más pobres del país , el 24% de niños menores de dos años tiene DCI. Mientras, que en el 20% de los hogares más ricos el porcentaje es de 15,2 .
“Esto sucede, sobre todo, por el exceso en la compra de alimentos procesados, al ser una fuente de consumo fácil e inmediata”, explica Karina Pazmiño, coordinadora académica de la Escuela de Nutrición de la Universidad Internacional del Ecuador(UIDE).
Pero, quizá, el resultado más interesante de la ENDI es que pese a que hay una reducción de 3.5 puntos porcentuales en la DCI para niños menores a dos años en comparación a la cifra del 2018, falta mucho por resolver.
Cuando se menciona a la Desnutrición Crónica Infantil se piensa inmediatamente en un niño con problemas de alimentación y de bajo peso. Pero la realidad es que este problema no solo se limita a lo que contienen los platos de comida.
Roberto Castillo, director ejecutivo del INEC, asegura que si no se presta atención a los mil primeros días de un niño, la ventana de oportunidad se cierra y las consecuencias llegan en efecto dominó.
“Puedes prevenir la DCI desde que los niños están en el vientre de su madre. Si tú garantizas que las mujeres vayan a los controles prenatales a tiempo, tomen las vitaminas necesarias como ácido fólico y hierro, den lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de nacido, y que los niños tengan su esquema de vacunación al día, tendrás casi asegurado que crecerán sanos... Eso se conoce como el paquete priorizado” explicó en una entrevista para Vistazo.
Por ejemplo, si bien un 22,3% de niños menores de dos años que recibieron las dosis completas de neumococo tienen DCI, la cifra aumenta al 36 % en aquellos niños que no se vacunaron. y
Y mientras el 19,2 % de los niños que recibieron hierro y ácido fólico de sus madres durante el embarazo tienen desnutrición, la cifra se eleva al 26,1% cuando no tuvieron nada de eso.
Los mil primeros días de vida (se incluye el tiempo en el vientre materno) es uno de los temas más abordados por instituciones como Unicef.
Incluso en un intento por llegar a la nueva generación de padres, trajeron de vuelta a “Máximo”, un personaje caricaturesco famoso de los años noventa que aborda temas como inmunización infantil, beneficios de la lactancia materna y prácticas de higiene en los hogares.
Esta entidad asegura que la primera infancia es crucial para el desarrollo cerebral, la capacidad de aprender en la escuela e incluso determina las oportunidades y la cantidad de dinero que ganarán los niños cuando sean adultos.
Si esos niños no esquivan la ruta de la Desnutrición Crónica Infantil en esos primeros 1.000 días de vida, no hay vuelta atrás: no tendrán las herramientas necesarias para competir con chicos de sus mismas edades, y al llegar a una edad donde deberán ser parte de la Población Económicamente Activa, tendrán menos oportunidades para destacar.
Otro de los hallazgos de la encuesta y que incide íntimamente en la desnutrición es la calidad del agua y la salubridad en los hogares. En las visitas se realizaron análisis químicos del agua que se bebe y se determinó que el 36,7 por ciento de los hogares donde existen niños menores de cinco años consumen agua contaminada con materia fecal. Esto provoca procesos diarréicos recurrentes que, a la larga, inciden en la desnutrición.
Si deseas saber más sobre la Encuesta Nacional de Desnutrición Crónica Infantil (ENDI) y sus afectaciones en el desarrollo de los niños, puedes encontrar el reportaje completo en la versión impresa de Revista Vistazo.