Varias mujeres decidieron demandar a multinacionales farmacéuticas en Sudáfrica por los daños causados por prótesis vaginales.
Suzette Roodt, de 57 años, pudo pagarse un implante sintético para tratar su incontinencia gracias a un nuevo empleo, pero cuando salió del hospital, notó que "algo no iba bien".
La malla era defectuosa y se endureció en su cuerpo, causando una obstrucción completa de la vejiga, lesiones y dolores crónicos.
Seis años más tarde, esta mujer, actualmente sin empleo y conectada a un catéter, se unió a una decena de sudafricanas que demandaron al grupo danés Coloplast y a Ethicon, filial del grupo estadounidense Johnson&Johnson, por las lesiones provocadas por las prótesis.
Estos implantes, con forma de malla, funcionan como una especie de andamio interno en casos de incontinencia y de prolapso.
"Nunca nos hablaron de otras opciones o de los potenciales riesgos", dijo Roodt a la AFP. "Sufrí daños permanentes".
Zain Lundell, experto en este tipo de casos, explicó que numerosas mujeres lo contactaron por situaciones similares.
Las dos empresas también están acusadas de escatimar recursos con las pruebas de rendimiento y de no haber comunicado los riesgos vinculados a su uso.
Si la demanda tiene éxito, podría sentar las bases para indemnizar a cientos de mujeres sudafricanas.
Johnson&Johnson ya perdió recursos similares en Australia, el Reino Unido y Estados Unidos.
En este último país, estas prótesis se clasificaron como de "alto riesgo" en 2016, antes de su prohibición tres años después.
Entre un 15% y un 25% de mujeres padece complicaciones, según un estudio de BioMed Research International.
Ethicon, contactado por la AFP, recordó que sus implantes "contribuyeron a mejorar la calidad de vida de millones de mujeres" y dijo "empatizar con aquellas que sufrieron complicaciones".
Coloplast no respondió a las preguntas de la AFP.