En medio de la propagación mundial de la variante de Covid-19, Ómicron, tras ser descubierta en Sudáfrica el pasado noviembre, la Organización Mundial de la Salud emitió un comunicado advirtiendo que la variante se estaba expandiendo más rápido que las anteriormente descubiertas, como la Delta, y asimismo, tenía una mayor capacidad de contagiar a personas que se habían vacunado totalmente contra el virus.
Los estudios que analizaron el impacto de Ómicron en las personas vacunadas pudieron constatar que los síntomas eran, por lo general, mucho más leves que en personas que no se habían inoculado, lo que reducía notablemente el riesgo de hospitalización y la letalidad.
No obstante, la inevitable transmisión del virus entre la población vacunada suscitó una pregunta que se repetía en la cabeza de muchos ciudadanos: ¿por qué estas personas estaban contagiándose del virus?
La razón, como lo explica el pediatra y especialista en enfermedades infecciosas Renato Kfouri, en una entrevista con BBC Brasil, es que el enfoque original de las vacunas nunca fue prevenir por completo el contagio, sino reducir la gravedad de los síntomas y prevenir la saturación de los hospitales.
"Las vacunas protegen mucho mejor contra formas más graves que contra formas moderadas, leves o asintomáticas de Covid-19. Cuanto más severo es el resultado, mayor es su efectividad", explica Kfouri, director de la Sociedad Brasileña de Inmunizaciones.
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En lo que respecta a Ómicron, la compañía biomédica Nference descubrió que la variante funciona con un material genético parecido al del virus del resfriado común. Su replicación en las vías respiratorias es mucho más veloz que la de anteriores variantes, pero su letalidad es más baja. Esto estaría produciendo que más gente lo contraiga en menos tiempo y que posean unas cargas virales altas, por lo que la variante logra sobrepasar las barreras de las vacunas.
No obstante, los médicos sostienen que las vacunas no han resultado ser poco efectivas, al contrario, han cumplido su principal objetivo que era reducir la gravedad de los síntomas de las personas que se contagian de Covid-19.
De acuerdo al Commonwealth Fund, la aplicación de dosis contra el Covid-19 evitó, hasta noviembre de 2021, un total de 1,1 millones de muertes y 10,3 millones de hospitalizaciones solo en Estados Unidos.
"La vacuna sigue protegiendo frente a las formas más graves, como se esperaba", concluye Kfouri, quién resalta la importancia de una tercera dosis de refuerzo ya que el nivel de protección de las vacunas actuales decae con el tiempo, y en medio de esta nueva oleada de casos, estar protegido es esencial para preservar la salud.