En Ecuador, cerca del 55% de adultos mayores de 65 años tienen depresión
De acuerdo a cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es una enfermedad que atormenta a más de 300 millones de personas alrededor del mundo.
Junto a la demencia, es el padecimiento de salud mental más frecuente en adultos mayores, por lo que la falta de acceso a tratamientos para ella en el país es un gran problema de salud pública.
En Ecuador, una investigación del hospital del Adulto Mayor en Quito concluyó que alrededor del 55% de adultos mayores a 65 años sufren depresión, evidenciándose una mayor prevalencia en los hombres.
En el estudio se determinó que las personas que viven solas, están divorciados, tienen un ingreso económico reducido o atraviesan periodos de fiestas familiares, como navidad o año nuevo, demuestran una mayor propensión a padecer la enfermedad.
“Las causas que están relacionados con la depresión en el adulto mayor son los cambios propios del rol social de las personas mayores que les aíslan y les someten mayor soledad y aislamiento social, consumo de fármacos, infartos, enfermedades vasculares y ciertos factores genéticos”, comenta la Dra. Evelyn Campoverde, vicepresidenta de la Sociedad Ecuatoriana de Geriatría y Gerontología.
Entre las señales más claras se halla un estado de ánimo constante de tristeza y ansiedad, lentitud al moverse o hablar, problemas para conciliar el sueño, interrupción de actividades en las que la persona solía estar envuelta, como deportes o arte, y pérdida o aumento del apetito.
De igual manera, dormir durante mucho tiempo, una mayor irritabilidad, preocupación excesiva y pensamientos de minusvalía también se consideran síntomas frecuentes.
La Dra. Campoverde aconseja que, si el adulto mayor posee estos síntomas y perduran por más de dos semanas, es importante que acudan a su médico de cabecera para realizarse un chequeo e iniciar un tratamiento oportuno.
Campañas de concientización como “Yo te escucho”, la cual promueve el cuidado de la salud mental en el adulto mayor, aboga por un diagnóstico oportuno que permita prevenir complicaciones mayores en las enfermedades mentales.
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