La enfermedad Celíaca, también conocida como celiaquía, es un padecimiento sin diagnóstico para muchas personas que la padecen.
Esta patología afecta principalmente al aparato digestivo, en específico al intestino delgado, el cual tiene base autoinmune y se desencadena por el consumo de alimentos con gluten, mayormente en aquellos individuos que son genéticamente susceptibles.
Según María Barado Piqueras, experta en Nutrición Humana y Dietética y Máster en Nutrición Humana Básica y Clínica de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), “los pacientes que padecen enfermedad celíaca no toleran la proteína que contienen algunos cereales como; el trigo, avena, la cebada y el centeno. Aunque puede encontrarse en complementos alimenticios en forma de cubierta de cápsulas, y en algunas pastas de dientes o productos labiales”.
Esta enfermedad se presenta de distintas maneras. Hay ocasiones en que los pacientes son asintomáticos, y otras en que los síntomas son variados. Estos pueden abarcar desde molestias digestivas, hasta malnutrición, alteración y absorción de nutrientes como vitaminas y minerales que contienen los alimentos, debido al daño que le ocasiona al intestino delgado.
La celiaquía se puede detectar en las etapas tempranas de la vida, una vez se van introduciendo en la dieta los alimentos que contienen gluten, es decir los cereales. “En estos casos, se observa un enlentecimiento del retraso de crecimiento, falta de apetito, disminución de la tonalidad de la piel, apatía, inflamación del abdomen y fatiga muscular”, dice Barado Piqueras.
Una de las principales caracteristicas de la enfermedad que ocurre en la piel es la dermatitis herpetiforme. Esta alteración aparece junto a una erupción en la piel formando pápulas y vesículas, inflamación, enrojecimiento y picazón. La localización de estas lesiones suele ser de manera simétrica en la superficie corporal y para su diagnóstico se emplean biopsias cutáneas, es decir, se extrae una muestra de piel para examinarla posteriormente.
Al ser una enfermedad que no muchas personas conocen y mucho menos son diagnosticadas, la única herramienta que hay para el tratamiento de la enfermedad es llevar una dieta libre de gluten.
Esta patología tiene un componente genético, por lo que, para evitar su desarrollo en los hijos, los padres deben compartir con el pediatra la información necesaria para determinar si se deben realizar las pruebas pertinentes y así evitar el desarrollo de la misma, explica Barado.