Jonathan ha crecido entre artistas. Su madre es profesora de manualidades, su padre realiza maquetas con material reciclado y su hermano mayor es muralista.
“Soy el hermano del medio, licenciado en Diseño Gráfico en la Universidad Técnica de Ibarra. Siempre me gustó el surrealismo y el tema de los sueños que intento graficar. Mi propio espacio andino es mi base de trabajo. Lo que me contaron y lo que he percibido desde niño se refleja en mi obra”, acota Jonathan, más conocido como Pachay, la marca que creó hace seis años.
Pachay proviene de la unión de dos palabras en idioma kichwa otavaleño. Pacha (tierra) y Kay (ser o estar); “un ser vivo que está aquí y ahora en este universo”.
La obra del otavaleño es muy colorida y cálida, presenta el mundo andino a través de personajes o animales reales o soñados. “Todas mis obras están hechas con fotografías, son fotomontajes o composiciones digitales. Manejo mis emociones a través de lo que grafico. Todas mis obras tienen una carga emocional y pretenden provocar algo en el público”, relata el artista que empezó su carrera siendo fotógrafo para documentales.
“La fotografía me limitaba mucho, nunca me sentía satisfecho. Siempre me faltaba un detalle o un sentimiento que la realidad no me podía ofrecer, poco a poco el fotomontaje se dibujó como una solución en mi vida. Recuerdo que mi abuelita no comprendía mi oficio y antes de morirme dijo: 'Intenta ser el mejor fotógrafo de la casa'. Ella no pudo ver ninguna obra mía, pero hago arte de ella”.
Realismo mágico
La obra de Jonathan creció al mismo ritmo que sus redes sociales. En Facebook, Instagram y TikTok comparte sus propuestas artísticas y le piden diseños personalizados.
“Cuando alguien me inspira lo retrato a mi estilo, lo que me permite tener un nexo muy especial con él. El arte siempre conecta”.
Hace poco tiempo Jonathan recibió un “Me Gusta” muy especial en Instagram. "Me escribió el artista digital sueco Erik Johansson y me sentí la persona más afortunada del mundo. Él es el pionero y el artista visual más reconocido en el mundo. Me encanta su mundo creativo y cómo logra comunicarse con el espectador entremezclando la realidad y la ficción. Si bien los elementos que se muestran en las fotografías podrían ser bastante cotidianos, las situaciones en los que se encuentran son más bien imposibles”.
El 15 de octubre inaugurará una galería de arte con su hermano mayor en Peguche. “Soy muy comunitario y me encanta que mi arte haga parte del entorno que me inspira. El surrealismo andino digital crecerá si se comparte”.
¿Le aconsejarías a un joven estudiante involucrarse profesionalmente en el arte? “Nosotros los artistas podemos regenerar nuestra sociedad. Tenemos unas raíces hermosas, ahora es nuestro momento de florecer”.