Juanes tiene 52 años y parece de diez menos. Este año se cumplen 20 años de su disco “Mi Sangre” y el nacido en Medellín sigue con su pelo largo, su barba negra y sus tatuajes como un pasaporte para que la gente sepa que Juan Esteban Aristizábal Vásquez es el mismo.
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El ex rockero de Ekhymosis tiene la sabiduría de un esposo y padre. Dejó el thrash metal por el Pop-Rock. Sus letras son sencillas, hablan del amor y de la supervivencia en una sociedad que vive a mil por horas. Escribe justo, llega a la médula de la gente. Los riffs son eficaces y cada canción nos recuerda que la vida es de momentos y que no hay tiempo para el desperdicio.
A las 21h00 llegó al escenario del Coliseo Voltaire Paladines y entonó la fantástica “Gris” de su último álbum. Tardó algunos minutos para hablar con su público. Surgió “Mala Gente” e invitó sus fanáticos a corear la canción. Siguieron “Amores prohibidos”, “Nada valgo sin tu amor” y “Volverte a ver”.
Juanes pertenece al club privilegiado de los colombianos que dan la vuelta al mundo, pero hay que reconocer que Juan Esteban es auténtico, no cayó en la facilidad de hacer dúos con algún regaetonero, ni tampoco realizar videos polémicos con el fin de viralizarse en redes. El tipo es sencillo, se concentra en su guitarra y las melodías convertidos en himnos.
Es uno de los pocos respetados en la industria de la música. Cuando sonó “Fotografía” recordé el genial dúo con Nelly Furtado hace 22 años. Con “Es por ti” puso de rodillas a todas las parejas. Llegaron palabras: “Mi alma es del universo (...), me gusta la tecnología, pero no hay nada mejor que estar aquí, con ustedes presentes. Gracias, Guayaquil”, dijo el músico que se sinceró un poco más: “Nos separamos una época, ocho meses que fueron terribles para mí” (sobre la crisis que atravesó su matrimonio).
“Guayaquil, ¿cuántos años han pasado desde que nos volvemos a ver? ¿20? ¿10 años? Eso es mucho tiempo viviendo aquí tan cerquita y tan lejos. Estoy muy feliz de estar acá y quisiera pedirles que no pase mucho tiempo más para volvernos a encontrar. Quiero dedicar esta canción a lo más hermoso que son nuestros hijos, el amor más sagrado y eterno, el amor por los fanes, porque las canciones que uno compone son como hijos y ustedes les dan vida a las canciones” expresó antes de interpretar “Para tu amor”.
Se dio tiempo para bajar brevemente del escenario para cantar en medio del público. Siguió con “La plata”, “Bonita” y “Distancias”. En más de una ocasión se conmovió al escuchar su público cantar tan fuerte temas como “La paga”, “Camisa negra” y “A Dios le pido”. En el tramo final sorprendió con “Twist and Shout” de Los Beatles y “La bamba” de Ritchie Valens.
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Pero el momento cumbre llegó con la evocación de su niñez. “En Medellín mis papás escuchaban música todo el día y les gustaban mucho Julio Jaramillo. Yo pensaba que era colombiano pero estaba equivocado. El mundo necesita más música del Ecuador”, sentenció antes de cantar “Nuestro Juramento” como un rock clásico. Juanes es eso... un rockero clásico, un ruiseñor de América generoso y talentoso. El 5 de octubre invitó a J.J al escenario y la magia operó en una ciudad que necesita tanto recuperar su autoestima. ¡Gracias Juanes!