Dos años de aprendizaje y adaptación. Así se resume la experiencia vivida, durante esta pandemia, por todos quienes integran el sistema educativo universitario del Ecuador.
Y es que, desde marzo del 2020, tanto docentes como alumnos, se han visto en la necesidad de acoplarse a distintos cambios, resoluciones y metodologías para seguir adelante con sus clases.
Una de las últimas disposiciones emitidas por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE) nacional, autorizaba que las universidades puedan volver a clases presenciales de manera completa a partir del 21 de febrero del presente año. Aunque varias instituciones y alum[1]nos observaron con positivismo el retorno a esta modalidad, varias de ellas se encontraban para esa fecha terminando el semestre y otras en periodo de vacaciones.
Este fue el caso de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, la cual el pasado 14 de marzo, pudo recibir de manera presencial a todos sus estudiantes de distintas carreras.
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Durante los dos años de pandemia, la institución logró desarrollar de manera ininterrumpida cuatro periodos académicos ordinarios y cuatro extraordinarios en modalidad virtual. Gabriela Icaza, directora de admisiones y acompañamiento estudiantil del vicerrectorado académico, recuerda que de esta experiencia se pudo destacar la preparación de los profesores para incursionar de manera responsable en la docencia en línea, los procesos de capacitación y el acompañamiento para el manejo de plataformas y el esfuerzo de los estudiantes para continuar sus estudios.
Durante el periodo 2020-2021, las principales inversiones de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil bordearon los 170.000 dólares y estuvieron enfocadas en implementaciones tecnológicas, tales como licencias, plataformas, integración y servicios de Moodle, entre otros. En lo que corresponde a nuevas adquisiciones, la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador (UPS), reforzó todos sus campus con equipamiento físico y virtual para afrontar las nuevas necesidades de prácticas.
Una vez que la universidad aprobó el plan de retorno progresivo a clases, su personal realizó varias tareas de mantenimiento a los equipos de laboratorio y sus espacios físicos, afirmando que no hubo deterioro o disminución de la capacidad tecnológica instalada.
Desde el rectorado de la institución también se generó una partida especial para la compra de licencias de software que permitan virtualizar laboratorios. Esto permitió que mediante simuladores se pueda sustituir en parte la experiencia en los laboratorios físicos.
Diego Peñaloza, vicerrector de Posgrado de la UPS, afirma que el impacto más fuerte durante la pandemia, en el nivel de grado y programas de posgrados, fue en el área de ciencia y tecnología, a causa de una disminución de alumnos matriculados en el 2020.
Pero con el retorno progresivo a clases presenciales, en 2021, se fue regulando el número de matrículas. Para el primer semestre de este año la Universidad Politécnica Salesiana del Ecuador prevé alcanzar una recuperación total, ya que hasta finales de febrero pasado se registró un índice de crecimiento en las inscripciones para este nuevo periodo de clases.
CONTINUIDAD DE BECAS
David Burgos, director de acompañamiento estudiantil y del programa de diversidad étnica de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), afirma que pese a todas las adversidades por las cuales atravesaron muchos alumnos, especialmente quienes vivían en lugares de difícil acceso a internet, todos superaron sus obstáculos, siguiendo adelante con sus estudios.
En este grupo también se encontraban estudiantes de poblaciones vulnerables, como pueblos y nacionalidades indígenas, afroecuatorianos, refugiados, personas con discapacidad y otros que pertenecen al grupo de diversidad étnica y reciben una beca de la Universidad. Hasta febrero de este año 669 beneficiarios del programa cursaban sus estudios, representando el seis por ciento de la población total del pregrado de la institución.
Sin embargo, las funciones de este departamento no solo se limitan a la obtención y derivación de un fondo económico -el cual ocupa cerca del 50 por ciento del presupuesto anual de la asistencia financiera de la USFQ-, sino que también los alumnos reciben un seguimiento académico y un apoyo psicológico.
“El 68 por ciento de estos chicos tienen un promedio superior a 3 sobre 4 y 235 estudiantes sobrepasan el promedio de 3.5. De ellos, el 80 por ciento tienen 3.75 y el semestre anterior 74 alumnos tuvieron 4 sobre 4, lo cual nos deja ver que estos alumnos van a tener éxito en el futuro”, indica David Burgos.
Mariela Condo, cantante y compositora indígena, David Cotacachi, funcionario indígena del Banco Latinoamericano de Desarrollo en Washington D.C., o Willians Tambo, primer médico indígena del Ecuador, son tan solo unos pocos ejemplos de los becarios que salieron de sus comunidades y entendieron que el llegar a Quito y terminar la universidad era tan solo el inicio del camino para cumplir sus sueños.
*Lea este y otros temas universitarios en el suplemento Estudios Superiores. Ya en circulación junto a Revista Vistazo.