Durante esta época es común el incremento de enfermedades respiratorias. La higiene de manos, la ventilación de espacios cerrados, las precauciones cuando se presentan síntomas y la vacunación son algunas de las medidas de autocuidado que pueden prevenir la propagación de estas infecciones.
Otra forma de prevención es reforzar el sistema inmunitario. Tal como una coraza la función principal del sistema inmunitario es la de proteger al organismo de infecciones y atacar a gérmenes invasores o sustancias químicas y toxinas. ¿Cómo lo logra? Produciendo anticuerpos o proteínas que debilitan y destruyen a estos antígenos, una protección conocida como inmunidad.
La llegada de la pandemia produjo una búsqueda masiva de productos que ayuden a fortalecer el sistema inmune y reducir los síntomas del COVID-19. Hoy, más de cuatro años después, el interés por blindarse contra diferentes enfermedades e infecciones virales persiste y, muestra de ello es el incremento de la oferta de inmunopotenciadores.
“Tras la pandemia los pacientes empezaron a buscar medicamentos naturales que no generen efectos secundarios, que sean de rápida acción y sean realmente efectivos”, recuerda el gerente de marketing de Corporación Phytopharma, Iván Pazmiño.
Respondido a esta necesidad, este laboratorio se concentró en la formulación de productos que regulen y eleven las defensas con una correcta relación antígeno-anticuerpo. Fruto de este desarrollo Enervital Plus e Inmunogalen, cuyos componentes combaten el estrés oxidativo celular y estimulan las células linfáticas para precautelar al organismo de ataques de anticuerpos.
Los productos de Phytopharma, remarca Pazmiño, contiene estudios que avalan su efectividad y cuentan con registros sanitarios avalados por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa). “Es importante reconocer los productos que son producidos con activos 100% naturales, pues hay centros naturistas y locales que los comercializan sin registro sanitario o extranjeros sin detalles de su procedencia”, advierte.
Alfredo Macías, subgerente general de Nutrifit, afirma que los productos naturales han ganado terreno entre quienes buscan mejorar sus defensas. “La Equinácea, el ajo, así como las vitaminas C y la D, son reconocidas por ayudar a aumentar las defensas del cuerpo contra enfermedades. Estas no solo son útiles en épocas de enfermedades virales como la gripe o el resfriado común, sino que también ofrecen un enfoque preventivo para mantener la salud a largo plazo”, manifiesta.
La marca cuenta con una línea de vitaminas y minerales, destacándose la vitamina C de 1.000 mg, vitamina D y zinc, las mismas que reducen los riesgos de infecciones respiratorias y contribuyen a la absorción de nutrientes, una función esencial en diversas funciones del sistema inmunológico.
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El poder de los alimentos
Infecciones y fiebres recurrentes, cansancio excesivo, manchas en piel, falta de sueño, estrés persistente y enfermedades simples que tardan en curarse son algunos de los síntomas que se presentan cuando las defensas están bajas.
Llevar una alimentación saludable y equilibrada es un factor clave en la respuesta inmune; el consumo de frutas, verduras, frutos secos, semillas, carnes, mariscos, pan y cereales contribuye a su fortalecimiento.
Un laboratorio que está aprovechando los compuestos activos de plantas, raíces y frutas para prevenir o tratar enfermedades o mejorar el rendimiento fisiológico es NGNutraceuticals. Su gerente, Pablo Andrade, cuenta que han desarrollado productos con propiedades antioxidantes a base de: cúrcuma con colágeno, arándanos rojos, resveratrol, luteína con zanahoria, ashwagandha, el hongo melena de león y mortiño con Equinácea.
Este último, resalta, une la sabiduría andina apoyada por la investigación de científicos ecuatorianos, quienes trabajaron en el estudio de los genes del mortiño y los conocimientos de los indígenas nativos de las planicies norteamericanas, que usaban la Equinácea para protegerse en la etapa invernal.
“Al ser naturales y sin relleno sintético, no generan alergias o efectos secundarios. Los deportistas los utilizan para fortalecer su organismo y prevenir procesos inflamatorios por la sobrecarga en la práctica de deportes exigentes, también por personas de la tercera edad con dolencias crónicas o como coadyuvantes en sus tratamientos convencionales”, enfatiza.
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