Las prendas de cuero son productos que no pasan de moda y que se reinventan cada temporada. Lucir una chaqueta, una falda o una cartera de este material es un símbolo de elegancia y estilo. En Ecuador, especialmente en ciertas provincias, la confección de estas piezas es todo un arte.
Una empresa quiteña con más de 30 años dedicada a esta actividad es
Fabricuero. El negocio que comenzó con la fabricación de carteras ha ido expandiendo su producción a chaquetas, gorras, maletas, carpetas, billeteras, correas, entre otros artículos.
Su gerente general, Alexis Narváez, cuenta que los productos más solicitados en sus cinco locales de la Capital son las chaquetas rockeras. A estas prendas les ha dado un corte más moderno y ceñido, sin dejar de lado su esencia clásica. “Hemos unido con la moda biker para sacar fusiones que muchos cantantes y actores usan”, resalta.
El 90 por ciento de la oferta de Fabricuero se vende en el mercado nacional, mientras que el restante se va a Estados Unidos y Francia. Actualmente, explora posibles alianzas con tiendas y boutiques internacionales de Chile, Costa Rica y Uruguay. Su tienda virtual realiza envíos fuera del país.
La actividad -señala Narváez- se ha visto afectada por la pandemia. Este año la marca se ha propuesto un plan de reactivación apalancado por su tienda virtual, a la cual incorporaron un botón de pagos. La empresa está renegociando créditos y precios con proveedores de materia prima, para volver a producir en los volúmenes anteriores a la pandemia.
“Productos como mascarillas de cuero, bolsos y carteras adaptados para llevar frascos de alcohol, porta frascos de gel, entre otros, han hecho que nuestras ventas suban paulatinamente”, manifiesta.
Fabricuero ha adaptado su oferta a la nueva realidad y ofrece mascarillas y porta frascos de alcohol y gel hechos de cuero. Foto: Cortesía.
Una empresa que también busca recuperar sus niveles de producción es
Cuero Cotacachi, las ventas de esta marca se vieron afectadas severamente por la reducción del turismo, por lo que este año tiene previsto promover su trabajo y explorar mercados internacionales, a través de las ventas online. Un esfuerzo que según cuenta su administradora, Rosa Bonilla, viene dando frutos.
La firma ha marcado su norte en el e-ecommerce y las redes sociales. A fin de atender a sus clientes, capacitó a su personal en atención al cliente a nivel presencial y virtual, así como en el manejo de las redes sociales de la marca.
“Es importante avanzar, adentrarse a la tecnología y explotarla al máximo para lograr ventas y seguridad de los clientes. La tarea es dura, pero la pasión de consolidar a Cotacachi como la tierra del cuero y la decisión de lograr felicidad permanente a los clientes, nos conduce a prepararnos, estudiar y abastecernos de los mejores diseños”, enfatiza.
Cuero Cotacachi nació hace 11 años con el objetivo de apoyar a los artesanos locales, no solo con la venta del cuero a precios justos, sino también con la elaborar productos para la exportación. Su oferta en su mayoría se encamina al mercado nacional con chaquetas, faldas, chalecos, pantalones, guantes, bolsos, carteras, maletas, canguros, billeteras, botas, correas, chaucheras, entre otros productos, disponibles en su página web para la compra en línea.
La ciudad de Cotacachi es reconocida a nivel nacional por el talento de sus artesanos en la confección de prendas y artículos de cuero. Se dice que desde esta zona salen las últimas tendencias de moda en este material.
Prendas para el frío
Para los climas fríos las prendas de lana de oveja no pueden faltar. Su aislamiento térmico, absorbencia y durabilidad las hacen ideales para soportar las bajas de temperaturas.
Una marca ecuatoriana que viene trabajando desde 1985 con estos tejidos es
Hilana. Su fábrica ubicada en el Valle de Los Chillos, elabora hilos, fibras, telas en tejido jacquard, abrigos, chaquetas, ponchos, chales, cobijas, cubrecamas y pantuflas de lana de oveja y algodón.
El proceso de producción de prendas con este material es largo, afirma su propietaria, Moana Melet. Primero se reúne lana pura de oveja en floca, y -según la necesidad- se mezcla con algodón durante la carda. El siguiente paso es la hilatura donde se obtiene el hilo y luego el tejido en los telares jacquard. Una vez tejida la tela, esta se carda, se lava, se pasa por la tundidora y se plancha para enviarla al taller de costura para la confección de las prendas.
Los productos de Hilana se distinguen por su estilo elegante, étnico, tonos naturales y los botones de tagua. Su principal mercado es el nacional, los artículos de mayor venta son las cobijas, aunque este segmento se ha visto perjudicado por el contrabando.
A pesar de la fuerte competencia de ropa asiática,
la calidad y originalidad de sus piezas –destaca Melet-
ha permitido un flujo permanente de pedidos a nivel nacional, tanto en su tienda como en su página web.
“Este año pese a la disminución de la producción seguimos creando nuevos diseños y tela y adaptándonos a las tendencias en moda y costos. Los artículos que más éxito tienen son los abrigos Tessa, Aurea y Padma, así como los ponchos, capas, chales, gorros, bufandas y pantuflas”, asegura.
Las prendas de Hilana se caracterizan por sus tonos naturales y estilo étnico. Foto: Cortesía.