Es sabido que la tecnología hace más fácil nuestras vidas, y lo mismo ocurre en las industrias. Su evolución ha llegado a un punto de ciencia ficción donde las fábricas se automatizan y permiten tener una producción más eficiente. Pero ¿hasta qué punto una operación puede ser inteligente?
La manufactura inteligente es un sistema de dispositivos discretos y conectados que generan información que permite que las personas tomen las decisiones correctas a fin de lograr los resultados de fabricación deseados y alcanzar las mejoras previstas.
Se apoya en cuatro elementos: el recurso humano, el proceso, la tecnología y la especificación. Combinados de la manera correcta lograrán optimizar la eficiencia operativa de los equipos.
Cada día las fábricas avanzan hacia ese camino. Una importante encuesta mundial indica que casi el 50 por ciento de los directores ejecutivos tiene previsto aumentar el gasto en transformación digital en al menos un 10 por ciento en los próximos tres años.
Otra investigación indica que la expansión en curso del segmento de la manufactura inteligente, alcanzará una inversión de 385.000 millones de dólares en 2025.
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"La manufactura inteligente ofrece beneficios considerables: una respuesta más rápida a los cambios en las demandas del mercado y de los consumidores, un inventario reducido y mejor eficiencia y productividad, por nombrar algunos", indica Marcelo Petrelli, gerente de Control Latinoamérica en Rockwell Automation.
Sin embargo, resalta que es común que se realicen a todo nivel suposiciones, a veces incorrectas, sobre qué es y cómo se aplica.
Entre los mitos más comunes está el hecho de que se necesitan menos personas. Al respecto, Petrelli aclara que la manufactura inteligente sin las personas es como un teléfono inteligente sin un usuario; la describe como una "relación simbiótica".
Otro mito indica que se trata de una solución universal, cuando en realidad las soluciones se personalizan y se destinan a sectores, empresas o desafíos específicos. "Se trata de cómo lograr más resultados sin agregar más costos a la ecuación", detalla.
En conclusión, la manufactura inteligente no es un destino, sino un viaje. Y se puede comenzar con este proceso progresivamente.
Entre las soluciones que proporcionan están los datos operativos que permitan ser más proactivos, un retorno de inversión más rápido y mayor tiempo productivo, un sistema de integración de las plataformas, aumento de la seguridad, y acceso remoto seguro para acelerar los diagnósticos y la resolución de problemas, así como un ambiente más seguro para los trabajadores.