Salir de la ciudad de residencia, divertirse con la familia y vivir nuevas experiencias, son tres propuestas ideales para romper con el agobio que generó el confinamiento a causa del COVID-19.
Todas estas opciones las brinda la actividad turística, justamente una de las más afectadas por las restricciones a la movilidad humana y vehicular que se implementaron en el país desde marzo pasado, cuando se decretó el estado de excepción y la emergencia sanitaria para contener la propagación de la enfermedad.
Sin embargo, para reactivar el turismo el sector hotelero nacional ha implementado una serie de medidas para garantizar una estadía segura para sus huéspedes.
Un ejemplo de esta nueva realidad es el hotel Decameron Punta Centinela, ubicado en la provincia de Santa Elena, que retomó sus operaciones el pasado 17 de septiembre luego de realizar adecuaciones en su infraestructura y de un programa de capacitación a su personal.
El hotel estableció un protocolo de bioseguridad para el arribo de los visitantes, el cual consiste en la valoración de las personas para descartar sintomatología de COVID-19, desinfección del equipaje antes de ingresarlo a las instalaciones, entre otras acciones.
Ya dentro de la infraestructura, hay normas de ocupación de espacios comunes, desinfección constante de mobiliarios y pisos, y en las zonas de servicios hay acrílicos de protección para evitar un contacto directo con el personal de atención.
Las habitaciones reciben un proceso de desinfección, lo cual se complementa con estándares de limpieza de la lencería de cama y de las toallas.
“Para Hoteles Decameron la seguridad y salud de todos nuestros huéspedes y equipos de trabajo sigue siendo nuestra prioridad. Por ello, hemos lanzado nuestro programa integral ‘Decameron Health Inclusive’, que incluye protocolos reforzados de seguridad e higiene que garantizan un entorno limpio y seguro para todos”, destaca Fabio Villegas, presidente de la empresa.
Paralelamente, el hotel ha renovado su servicio de desayuno, almuerzo y cena, así como de bebidas. Mantiene el programa Explorer (visitas a sitios turísticos) y sus distracciones en piscinas, de ejercicios y de playa.
Cumpliendo con las normativas de ocupación máxima, dispuestas por el Comité de Operaciones de Emergencia Nacional, el hotel solo tiene habilitadas 111 habitaciones, es decir, menos del 60 por ciento de su capacidad.
La actividad de alojamiento y servicios de comida generó 2.414 millones de dólares para la economía nacional, lo cual representó el 2,3 por ciento el Producto Interno Bruto.
Se espera que con la reactivación progresiva del turismo, se logre una recuperación del sector hotelero y, a la par, que las personas puedan salir de la rutina visitando las diversas alternativas de distracción que ofrece nuestro país.