El COVID- 19 ha modificado las necesidades de vivienda. El estar más tiempo en casa no solo llevó a las personas a adaptar y transformar sus espacios, sino también a buscar que estos se acoplaran a su nueva forma de vida.
Actualmente, la gente está deseosa de escapar de la rutina dentro de casa, de vivir a las afueras de la ciudad, de contar con terrazas o balcones que le brinden un respiro, así como con áreas comunales amplias al aire libre.
Expertos en el campo inmobiliario afirman que el sentimiento de vulnerabilidad frente a la pandemia ha hecho también que aumente la demanda de viviendas más sostenibles y en entornos más saludables. Mariela Armendáriz, gerente comercial de Properati en Ecuador, afirma que los constructores han ido adaptando sus proyectos no solo a estas preferencias, sino también a su financiamiento.
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“En otras partes de la región, la arquitectura flexible, que se refiere a adaptar una construcción a los pedidos de quien la compra, está llegando. Los constructores también han pensado en los caminos más fáciles para que las personas puedan pagar los inmuebles, en una época de crisis económica, las estrategias como bonos, ampliación de plazos, descuentos o regalos han motivado más el mercado”, asegura.
Zonas más buscadas
En el último año, la búsqueda de vivienda en el Ecuador también registró cambios. Datos de Properati señalan que los lugares más demandados por los compradores son aquellos con mayor plusvalía o rentabilidad.
En Guayas, por ejemplo, el Norte de Guayaquil, Samborondón y las parroquias aledañas al Puerto Principal están creciendo en demanda y oferta. Los barrios tradicionales como Urdesa, Alborada, Ceibos y Kennedy se muestran como sectores rentables para invertir en bienes raíces. Otros sectores atractivos son La Puntilla (Samborondón), Ciudad Celeste y Vía La Aurora.
En Quito, se destacan los sectores de Cumbayá y La Carolina. El Norte está creciendo verticalmente y varios barrios han ganado interés, ese es el caso de Calderón, Ponceano y Monteserrín.
Asimismo, la demanda de vivienda familiar ha migrado a los valles, especialmente a Los Chillos, Cumbayá, Tumbaco y Puembo, donde se puede encontrar casas desde 120 m2 con patios y servicios dentro de un conjunto habitacional privado.
Belén Montalvo, administradora de ventas de la inmobiliaria Romero y Pazmiño, afirma que, si bien la búsqueda de vivienda fuera de la ciudad venía marcándose desde hace varios años, esta se acentúo con la pandemia. La especialista señala que el mercado demanda ahora unidades residenciales que se encuentren dentro de conjuntos privados, provistos de áreas verdes y servicios comunales como piscina, gimnasio, áreas infantiles y zonas de esparcimiento.
“Los compradores valoran mucho más las áreas verdes y comunales, más las áreas verdes y comunales, buscan espacios más amplios y confortables dentro de su futura vivienda, áreas útiles que les permitan desarrollar cómodamente sus actividades laborales y las relacionadas con la educación de sus hijos”, manifiesta.
Los seis proyectos habitacionales que ofrece Romero y Pazmiño en los valles -cuenta Montalvo- han reaccionado de manera positiva. El conjunto San José (Cumbayá) ofrece actualmente 28 casas de 200 m2; en el Valle de los Chillos están los conjuntos cerrados Alcázar de Sevilla IV, Moya 5 y Alcázar de Segovia con casas de 140 m2 hasta 157 m2; en Pomasqui están también Alcázar de Salamanca y Alcázar de Granada, conjuntos exclusivos con club privado, piscina, gimnasio, juegos infantiles, áreas verdes y viviendas de 135 m2 a 140 m2 con terrazas y altillos que permiten construir una habitación estudio adicional.
Con vista al mar
Los gustos, preferencias y expectativas también son decisivas a la hora de optar por una vivienda. Por ello, generar experiencias es un elemento esencial en el negocio.
“Los clientes buscan ahora más que nunca tener la oportunidad de vivir en un ambiente que les permita disfrutar al máximo de la vida y de grandes momentos junto con familiares y amigos, esto acompañado de un entorno seguro y exclusivo que provea áreas recreativas en espacios abiertos”, afirma el gerente general de INNOVUM, José Hidalgo Solís.
El directivo señala que el teletrabajo y las reuniones virtuales han permitido que las personas encuentren una nueva forma amigable y eficiente de realizar sus actividades diarias, lo que ha provocado que se cree mayor predisposición a invertir en propiedades en las afueras de la ciudad o viviendas vacacionales.
En este sentido, General Villamil Playas se ha convertido en un destino turístico y de inversión. Los avances que tiene la obra municipal junto con la participación de inversión privada en los sectores turístico, residencial, industrial y comercial hacen que la demanda de casas vacacionales se oriente hacia esta ciudad.
En 2010, INNOVUM inició en este cantón el proyecto inmobiliario turístico Ocean Club, actualmente está construyendo Ocean Suites II, un edificio de nueve pisos con 66 departamentos el cual está vendido al cien por ciento y presenta un avance de obra del 85 por ciento.
“La demanda está más orientada hacia familias, siendo el producto más popular los departamentos de 2 y 3 habitaciones”, asegura Hidalgo.
Dentro del mismo complejo se prevé en los próximos meses arrancar la construcción del Hotel Courtyard by Marriott con 100 habitaciones, balcón y vista al mar. Adicionalmente, la empresa contempla la construcción de una Marina Deportiva y del proyecto inmobiliario residencial Sunset City de tres edificios con 20 pisos y departamentos de 1, 2 y 3 habitaciones.